𝒪𝒸𝒽𝑒𝓃𝓉𝒶 𝓎 𝓉𝓇𝑒𝓈

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𝔏𝔬𝔫𝔡𝔬𝔫

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Omnisciente

Los cuatro aparecieron en medio de una calle, retrocedieron instantáneamente cuando estuvieron a nada de ser arrollados por uno de aquellos autobuses de dos pisos de Londres. Soltaron el aire que se habían guardado por el susto de casi ser atropellados.

Se dirigieron a la acera y empezaron a caminar

—¿Dónde estamos? —dijo Ron.

—En Tottenham Court Road —resolló Hermione—. Sigan caminando. Tenemos que encontrar un sitio donde podamos cambiarnos.

De modo que, bajo un cielo estrellado, echaron a andar —y a ratos corrieron— por una calle ancha y oscura, repleta de trasnochadores; las tiendas en ambas aceras estaban cerradas. Un autobús de dos pisos pasó rugiendo y un grupo de gente que salía de un pub miró a los cuatro jóvenes con extrañeza.

Unos tipos ebrios le gritaron cosas obscenas a Dakota, refiriéndose a su busto.

Dakota frunció el ceño y se cruzó de brazos para cubrir su busto

—Ten, Daki —dijo Harry, mientras le ponía su abrigo sobre los hombros

—Gracias —dijo la pelirroja, mientras metía los brazos por las mangas del saco.

—No tenemos nada que ponernos, chicas —dijo Ron cuando una chica se echó a reír al fijarse en su atuendo.

—¡Qué descuido no haber traído la capa invisible! —se lamentó Harry—. El año pasado la llevaba siempre conmigo, y...

—Tranquilo, tenemos tu capa. Y también trajimos ropa para los dos —dijo Dakota—. Procuren disimular hasta que...Sí, ahí mismo.

Los guió por una calle secundaria hasta un oscuro callejón.

—Dicen que tienen la capa y ropa, pero... —musitó Harry mirando ceñudo a las dos chicas, que sólo llevaban el bolsito bordado con cuentas.

Para sorpresa de los dos chicos, Dakota metió casi todo el brazo en el bolso de cuentas.

—Sí, sí, aquí están —afirmó ella y, para gran asombro de ambos chicos, sacó del bolsito unos pantalones, una camiseta, unos calcetines granates y, por último, la capa invisible.

—Pero ¿cómo diantre...?

—Encantamiento de extensión indetectable —recitó Dakota—. Difícil, pero creo que lo hemos hecho bien. Bueno, el caso es que conseguimos meter aquí dentro todo lo que necesitábamos. —Y le dio una pequeña sacudida al bolsito, de aspecto frágil; varios objetos pesados rodaron en su interior y se oyó un eco, como el que habría resonado en la bodega de un carguero—. ¡Ay! Fueron los libros —musitó mirando dentro—, y los habíamos ordenado todos por temas. Bueno...Harry, será mejor que tomes la capa invisible.

𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶//𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 ℳ𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora