𝒱𝑒𝒾𝓃𝓉𝒾𝓃𝓊𝑒𝓋𝑒

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ℌ𝔬𝔤'𝔰 𝔥𝔢𝔞𝔡 𝔦𝔫𝔫

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Omnisciente

La mañana de la excursión a Hogsmeade amaneció despejada pero ventosa. Después de desayunar formaron una fila delante de Filch, que comprobó que sus nombres aparecían en la larga lista de estudiantes que tenían permiso de sus padres o tutores para visitar el pueblo.

Cuando Harry llegó frente a Filch, el conserje aspiró fuerte por la nariz, como si intentara detectar algún tufillo en Harry. Luego hizo un brusco movimiento con la cabeza y volvió a temblarle la parte inferior de los carrillos

—Oye, ¿por qué te ha olfateado Filch? —le preguntó Ron cuando los cuatro echaron a andar a buen paso por el ancho camino hacia la verja.

—Supongo que quería comprobar si olía a bombas fétidas —contestó Harry con una risita—. Se me olvidó contároslo...

Y les explicó lo que había sucedido segundos más tarde de haber enviado la carta a Sirius, cuando Filch entró en la lechucería exigiéndole que le enseñara la misiva. A Harry le sorprendió un poco que Hermione y Dakota consideraran tan interesante su historia, mucho más, desde luego, de lo que a él mismo le parecía.

—¿Filch dijo que había recibido un chivatazo de que ibas a encargar bombas fétidas? Pero ¿quién se lo dio? —preguntó Dakota

—No lo sé —respondió Harry, encogiéndose de hombros—. A lo mejor fue Malfoy; seguramente creyó que sería divertido.

Pasaron entre los altos pilares de piedra coronados con sendos cerdos alados y torcieron a la izquierda por la carretera que conducía al pueblo. El viento los despeinaba y el cabello les tapaba los ojos.

—¿Malfoy? —dijo Hermione, escéptica—. Bueno, sí, a lo mejor fue él...

Y siguieron muy pensativas hasta que llegaron a las afueras de Hogsmeade.

—Bueno, ¿adónde vamos? —preguntó Harry—. ¿A Las Tres Escobas?

—No, no —repuso Hermione saliendo de su ensimismamiento—. No, siempre está abarrotado y hay mucho ruido. Dakota y yo hemos quedado con los otros en Cabeza de Puerco, ese otro pub, ya lo conocen, el que no está en la calle principal. Me parece que no es...muy recomendable, pero los alumnos de Hogwarts no suelen ir allí, así que no creo que nos oiga nadie.

Bajaron por la calle principal y pasaron por delante de la tienda de artículos de broma de Zonko, donde no les sorprendió nada ver a Fred, George y Lee Jordan; luego dejaron atrás la oficina de correos, de donde salían lechuzas a intervalos regulares, y torcieron por una calle lateral al final de la cual había una pequeña posada. Un estropeado letrero de madera colgaba de un oxidado soporte que había sobre la puerta, con un dibujo de una cabeza de jabalí cortada que goteaba sangre sobre la tela blanca en la que estaba colocada. Cuando se acercaron a la puerta, el letrero chirrió agitado por el viento y los cuatro vacilaron un instante.

𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶//𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 ℳ𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora