CAPITULO 19

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La sangre le comenzaba a hervir al ser ignorado, frente a él, Yoongi comía tranquilo sin quitar la vista del plato. Jimin se puso de pie empujando el banco que termino en el piso.

—Habla ¿Por qué demonios me marcaste? —grito.

—¡Siéntate de una maldita vez Jimin! —le grito, volvía a ser el mismo.

—¡No!, Tienes que decirme.

El ambiente se volvió pesado, ninguna quería ceder.

—Yoongi —insistió con voz lastimera.

—¿Comerás si te digo? —se sorprendió por la repentina actitud. Asintió levantando el banco de inmediato sentándose frente a el —Creí por años que mi lobo había muerto.

—¿Te mordieron? Escuche de deltas que al encontrar a su predestinado su lobo despierta —la voz de Jimin era suave queriendo no decir algo que enojara al alfa.

—No es mi caso, tenía 17 cuando mi lobo simplemente dejo de comunicarse conmigo pensé que era pasajero, luego pasaron 11 años tortuosos donde se la paso en las sombras —la manera en la que Yoongi relataba la historia reflejaba tristeza una que Jimin sintió atreves de la marca, el lobo del omega chillo exigiendo consolar al alfa entre sus brazos pero Jimin no se lo permitió en cambio libero feromonas en un intento por tranquilizarlo —considerando que era tiempo me acerque a distintos omegas, ninguna pudo interactuar con mi lobo y menos me hablo, cansado y arto inicie a usar supresores para alejarlos de mí no los quería cerca era frustrante no sentir nada. Me sentía como un cascarón vacío —callo un momento levantando la cabeza para mirar a Jimin —hace más de un año apareció un beta en la oficina que decidí ignorar, escuche como hablaban de el, sus planes para cortejarlo y un día en el baño percibí un aroma a piña y coco, casi muero de la impresión al escuchar como mi lobo gruñía queriendo reclamar al omega, bajó su control salí encontrando al beta que resulto se omega, lo invite a salir a pesar de que mi lobo exigía que lo tomara para hacerlo nuestro.

Jimin estaba sin palabras. Entendía lo que Yoongi decía, pero no sabía si creerle.

—Por eso me marcaste sin permiso, porque no te deje cortejarme —comentó irritado.

—Me deje llevar por mis instintos, prometí no insistir ya tenías a Jungkook que te reclamaba como suyo, respete eso —el alfa hablaba tranquilo, pero por dentro estaba celoso.

—Por una noche estamos atados, tu entraste en mi territorio al ir a mi habitación —comenzaban a alterarse.

—Me abriste la puerta.

—Y tu entraste.

—Ni tu ni yo tuvimos la culpa, tu lobo y el mío nos llevaron a esta situación de alguna manera se conectaron, no puedo ir en contra de la naturaleza e instintos de mi lobo.

—Resulta que crees en el destino, no somos predestinados Yoongi.

—No lo eres, de eso estoy seguro —no dejo que la conversación subiera de tono sabiendo como terminaría, dejo al omega en la cocina y se dispuso a dormir, cerrando la página de un capítulo que no quería volver a tocar.

Terminó más confundido de lo que ya estaba, por más que se negara y lo intentará Yoongi nunca lo querría como él deseaba. Una lágrima resbalo por su mejilla retirándola con el dorso.

—¿Por qué lloras Jimin? —susurro casi en un hilo. La tristeza que sentía a través de la conexión junto con la que su lobo sentía al escuchar las palabras del alfa le dolía. No eran predestinados lo había confirmado el alfa, no se había planteado la idea, pero ahora gracias a la conversación la idea había sido plantada en su cabeza y su lobo no dejaba de llorar.


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Eran las 5 de la tarde, estaba bañado, cambiado y comido. La tristeza no se iba, Yoongi no salía desde que se encerró en la habitación, Jimin estaba incomodo por no saber que hacer, pocas veces prestaba atención al lazo que tenían e ignoraba lo que sentía a través de este. Pero ahora no podía pasarlo por alto, se dijo que él no era nadie para consolarlo y quizás el alfa se enojaría con el si entraba en su busca.

Se dispuso a dormir en el sofá con el estómago vacío. Había preparado la cena para ambos y tomando valor para tocar la puerta dos, tres golpes... al no recibir respuesta intento abrir, pero un «Vete» lo detuvo, soltó el picaporte dispuesto a comer, pero el hambre se había esfumado.

No podía dormir ni siquiera en el sofá que lavo para que no oliera al alfa, se paró con fastidio dejando caer el trasero en el sofá ajeno, respiró hondo captando el poco olor impregnado en él, tomo una almohada y se acurruco con ella, su lobo se tranquilizó dándole la oportunidad de poder dormir.




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Hola gente bonita, gracias por su apoyo en el capitulo anterior. Saludos 🤗☺

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MARCADO - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora