CAPITULO 27

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El alfa cerró la puerta tras de sí, sintiendo el vacío en la muñeca, el omega camino hasta sentarse en la orilla de la cama.

—¿Qué haces aquí? —pregunto cansado. Discutir lo agotaba, el regaño que esperaba de su familia era distinto a lo que presenció, Yoongi se había presentado en su casa como su alfa haciéndole una escena de celos y posesividad. Le aliviaba sacar a Baekhyun a tiempo —responde —el alfa no parecía dispuesto a pronunciar palabra.

—El que tiene que responder es tu —Yoongi se acercó con pasos firmes, Jimin se encogió por instinto volviendo a erguirse de inmediato, el alfa lo tomo del mentón lastimándole el cuello al girarle la cabeza.

—Duele —se quejó sosteniendo con ambas manos la que le sujetaba la barbilla.

—Te estoy dando la oportunidad de que me expliques que rayos hacías en plena noche ebrio, solo y sin pantalones en la cama un maldito beta —los ojos saltones del omega provocaron que el agarre fuera con más fuerza.

—¿Cómo sabes eso? —pregunto espantado, lo que le decía lo sabían Baekhyun y el, nadie más.

—Responde —Jimin estaba abatido, podría enfrentarse a su padre y a cualquier alfa que se le pusiera en frente pero cuando se trataba de Yoongi terminaba temblando de miedo y humillado, era completamente sumiso ante el junto con su lobo —¿Te dejaste follar por él? ¡Dime!

—¡No!, No lo hice Yoongi —tomo las suficientes fuerzas para apartarle la mano que lo lastimaba —me canso de repetirte que no me acuesto con medio mundo —escupió con odio.

—¡¿Entonces que hacías con el Jimin en su cama?! —el omega sabía que ninguna respuesta dijera apaciguaría al alfa —Si lo defiendes es porque te gusta y te revuelcas con el —intento acercarse siendo Jimin más rápido poniendo de por medio la cama al caminar al otro extremo de la habitación.

—Lo defiendo porque es mi amigo —se dispuso a explicar después de todo el alfa le había dicho que podía —me gustaba, mis papás me alejaron de el por años no lo vi, así que hui de mi casa en cuanto pude —una lagrima de rabia amenazaba con salir —crecimos, maduramos y ahora somos amigos como siempre lo fuimos —finalizo.

—¿Esperas que te crea?

—Espero que lo hagas —inconscientemente miraba al alfa con súplica —estoy harto de que pienses mal de mí, no porque me importe tu opinión si no porque haces nuestra convivencia un infierno para ambos —hizo una pausa —si decirte que eres el único que me toca como lo haces tú te levanta el ego de macho alfa —suspiro con tristeza —lo eres, no he dejado ni dejare que nadie me toque porque como le dije a mis padres, tú eres mi alfa y respeto el lazo. La infidelidad es una de las peores traiciones y me dan asco esas personas.

Pero no lo hacía por su ego, lo hacía por que quería a Jimin solo para él, quería ser el único que admirara la desnudez de su cuerpo, sentirlo temblar bajo el toque de sus manos, ser el causante de los gemidos cargados de pasión y deseo que el omega le dedicaba cada que estaban juntos de una manera tan intima como lo era el sexo. La mente se le nublaba al pensar que alguien más tuviera el derecho a hacer lo que le complaciera con el omega.

Yoongi rodeó la cama acortando el camino que le alejaba de la tentación más dulce que le pusieron en el camino, lo tomo de la cintura acercando sus labios a los del omega rozándolos con los suyos como pidiendo permiso para profanarlos.

El cuerpo del omega reaccionaba por sí solo, la mente de Jimin quedo en blanco cuando su respiración se mezcló con la del alfa. Dio bandera blanca para que sus labios fueran asaltados en un salvaje beso, entonces se rindió ante el deseo que lo venia consumiendo desde que abandonó el departamento el viernes por lo mañana. Recordaba pequeños fragmentos de lo vivido en casa de su amigo, el alfa fue la razón por la que no se dio cuenta de que era seguido al ir camino a casa, pensar en el, lo atolondrado que sonaba al hablar del alfa ya con varias copas encima a pesar de estar hablando de los defectos que detestaba del alfa. Era como una película que se proyectaba en su cabeza, había dicho que lo extrañaba y que le encantaría estar en sus brazos, restregarse en el para impregnarse con el olor a pino y lluvia. Después todo era borroso como veía en ese momento que sentido los brazos del alfa rodearle la piel desnuda acercándose a su pecho mordisqueando uno de sus pezones.

—Yoongi —gimió enterrando las uñas en los hombros del alfa. Saliendo de sus pensamientos cayo en cuenta que la ropa de ambos yacía esparcidas a los pies de la cama, su desnudez estaba expuesta en su totalidad ante los ojos hambrientos de su depredador.

—Eres lo más bello que mis ojos han visto —hablaba entre cortado por la falta de aire y excitación. Sus palabras hicieron que el pecho del omega se inflara por el alago —y quiero que seas solo mío —lo tenía hipnotizado haciéndolo subir en la nube más alta.

No lo estaba acorralando como otras veces, cada roce se sentía como si se le estuviera pidiendo permiso para ser tocado. La boca del alfa viajaba por todo su cuello donde seguro habría marcas al terminar. Lo había seducido con la simple cercanía de su cuerpo y Jimin se estaba consumiendo en un placer casi doloroso.

Las manos de ambos tomaron vida propia dibujando cada centímetro de piel, sintiendo como gotas de sudor se interponía en el camino.

—Se suave —pidió con ojos suplicantes.

El alfa se posicionó para entrar tomando una de las piernas del omega llevándosela al hombro. Entro lento y tortuoso en la estrecha entrada que le era ofrecida, sentía como su miembro era succionado conforme avanzaba siendo bien recibido.

—Ahh... mmm... —no paraba de gemir bajito, estaba siendo exquisitamente abierto.

Se aferraba a las sabanas esperando a ser llenado por completo. Cuando la intromisión se detuvo levanto la mirada hacia el alfa encontrándose con la de él. Se habían conectado por primera vez desde que se conocieron, la manera en que Yoongi lo miraba casi le hacía jurar que sentía más que deseo carnal, no se sentía como un objeto que estaba siendo utilizado por su dueño.

Por su parte Yoongi se sentía el alfa más afortunado por tener a su lado a un omega tan bello y perfecto como por fin lo veía, pero también se sentía miserable al recordar lo patán que era con él y no se creía digno se ser el alfa de Jimin, se arrepentida de haberlo amarrado a un ser tan espantoso como lo era el.

—Muévete —la voz melodiosa de Jimin era como una flauta mágica para sus odios.

Olvidando todo como la misma presencia del omega le hacía olvidar, salió lento entrando de la misma forma. Le había pedido suavidad y se la estaba dando. Era un manjar que probaba de poco a poco, se preguntaba cuanto más podría aguantar en cordura antes de tomarlo a su antojo.

—Yoongi-ii —escuchar su nombre siendo pronunciado de manera tan provocativa de la boca del omega le mandaba descargas a su parte baja.

—Eres... tan delicioso —soltó un gruñido dando una estocada más firme, tenía a Jimin a su merced, le gustaba tener el control y aunque lo negara sabía que a Jimin le encantaba ser sometido en la cama —ya no puedo más —aviso antes de entrar con golpear con más fuerza dentro del omega.

—Ahh —grito de placer casi disfrazado en un gemido.

Llevo las manos al cuello del alfa alzando las caderas dando acceso completo a ser embestido con rudeza. El sexo con el alfa aun si iniciaba rechazando terminaba siendo maravilloso y en especial esta ocasión se sentía en la gloria.

Mordió la oreja del alfa causando que gruñera editado, gimió más alto en ese lugar descubriendo lo que causaba en el alfa que parecía golpear sus adentros con más ímpetu como éxtasis, eso era Jimin era su éxtasis de la que no se podía cansar.

Se vinieron juntos cayendo rendidos entre las sabanas que presenciaron la unión más allá del sexo que habían tenido.







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MARCADO - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora