SI TE DIGO LA VERDAD, SI

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Eran las 08:00 de la mañana, Armando ya se encontraba en el taller listo para entrar a trabajar, pronto empezaron a llegar los mecánicos para entrar de servicio.
Hoy parecía un día ajetreado, habían abierto hace una hora y ya estaba lleno de clientes.

F:-Buenas neno, ¿Cómo te va?

N:-Bien, bien, no me quejo.

F:- Oye chorbo, hace un tiempo me di cuenta de cómo miras al chino eh.

N:-No digas tonterías y ponte a trabajar.

¿Tanto miraba al chino? Hasta Freddy se había dado cuenta, y, la verdad es que si, lo miraba bastante.

T:-¡Buenos días Boss!

N:- Tonet, llegas tarde.

T:- Perdón, es que ayer tuve una pequeña movida.

J:- ¡Hombre Toneeet!

T:-¡Juanjo!

J:- Vamos que he sacado la grúa.

T:- Ñoink, voy.

N:- Ay dios mío.

Tonet y Juanjo se habían ido a dar una vuelta con la grúa, en el taller se encontraban Fredy y Jose María Trucazo, Anacleto, Jorge y Chino.

Y:- ¡Vete a la mielda malicon!

Una voz se hacía notar en el taller, Chino ya se estaba peleando con un cliente.

N:- Vamos a ver, ¿Que está pasando?

Y:- Este malicon no me quiele pagal polque le he insultado.

N:- Yun, ve al despacho, yo me encargo.

Chino se encontraba en el despacho de Armando, sabía que lo iba a regañar.

N:-Pero vamos a ver, cuántas veces te he dicho que no insultes a los clientes.

Y:- Peldon Nadando, pelo es que me pone de los nelvios.

N:-Armando, pues te jodes, es lo que hay, si no quieres trabajar vete.

Y:- Peldon malicon, no volvela a oculil.

N:- ¿Y ahora porque me llamás maricon?

Y:- Te he visto esta mañana con Tuculaso, y te mila con ojitos Nadando.

N:-Armando, y no digas tonterías.

Y:-Eso he Almando, pelo he veldad, estabais muy juntitos Nadando.

N:- ¿Y qué más da que estemos juntos? Solo somos amigos, ¿Acaso te molesta?

Y:-Pues la veldad que sí Nadando.

N:-¿Cómo?

Y:- Si, no me gusta velte con el, no me cae bien.

N:-El tema es que es mi amigo, y me da igual que te moleste, a mí me cae bien.

Y:- No quielo discutil contigo malicon, luego nos vemos.

Yun salió del despacho algo enfadado, quizás estaba celoso, no podía soportar la idea de ver a Armando con otro chico, aunque no lo quisiera admitir, le gustaba.

YUNANDO: La PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora