LA LLAMADA

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Una ciudad remota, una casa de fachada gris con puerta de roble, la casa estaba bien, estaba cuidada, en las paredes de muchas habitaciones podemos observar unas fotos, unas fotos de una mansión, de mucha gente, de un taller... Había una habitación con estanterías, parecen recuerdos, hay una gorra blanca y negra, una llave, al parecer es del taller, también había una carta enmarcada en un cuadro que dice:

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Pal confleis

( ͡ ° ͜ʖ ͡ °)₍◠₎    

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Aquella casa era nostálgica, en una silla estaba esa bufanda... Su bufanda.

Encontró un trabajo como taxista, cada vez que entraba por la puerta después de su jornada solo se sentaba al lado del teléfono, estaba esperando, esperaba para ser feliz como lo era antes, solo, una llamada... Realmente echaba de menos todos los momentos que había vivido en aquella ciudad, en esa casa, con su familia.
Un día tras otro, solo tenía esa esperanza, pasaban los años y seguía esperando, cuando se fue de los Santos lo perdió todo, muchas veces ha pensado en volver, pero tenía miedo, tenía miedo de que le hubiera pasado algo a sus amigos, al fin y al cabo eran lo único que tenía.

Había pasado mucho tiempo, pero él no podía asimilar que todo ha acabado, no sabía nada de nadie, estaba solo, no había podido rehacer su vida, su vida estaba en los Santos, se negaba a aceptar que este era su destino.
Todas las noches se sentaba en una esquina, esperando a oír el teléfono entre ese inmenso silencio que dejaban las paredes de la habitación, recordaba lo feliz que fue, no podía evitar llorar, cuando caminaba por la calle en su cabeza sonaban expresiones como "El tema es..." "Quieres comerte el aliento del diablo" "Boss" "Juanjo te veo perraco" "piu piu piu rakatakata" "mi puto cerdo tío"... No podía seguir sin ellos, no quería.

Un día, ya harto de todo, cogió un arma, estaba en un callejón, nadie lo vería, ya no, no podia... No quería seguir así, era infeliz. Estaba dispuesto a disparar, pero una mano lo detuvo, cuando vio quién era, se le cristalizaron los ojos y cayo al suelo arrodillado.

T:-Acaso...¿Me vas a dejar solo?¿Y el taller?¿Y nuestra familia?

J:-To-Tonet...

T:-He oído que estabas por aquí, y quería verte, me alegro de haber llegado a tiempo.

Juanjo se aferró a Tonet, lo había echado tanto de menos. Los dos se dirigieron a casa de Juanjo, ambos tenían tantas cosas que contarse...
Después de conversar durante varias horas, llegó el momento, volvía la felicidad, esa llamada que tanto estaba esperando, al fin había sonado el teléfono, lo cogió con miedo.

*Llamada*

J:-¿Hola?

-Como que hola cablon, había echado de menos escuchalte Juanjo.

J:-¡Ramen!

-Eso e', velas, estoy con Nadando, ya es hola culebla, ya es hola de volvel a casa.

J:-Yo hoy me he encontrado con Tonet, ¡Mañana mismo volvemos!

-Os espelamos aquí, mañana también llegalan Glingo y Macaco.

Solo podía llorar, pero esta vez era de felicidad.

T:-¿Qué pasa?

J:-Volvemos, volvemos a casa.

Se abrazaron y a continuación se prepararon para volver, nuevamente volvían a ser la familia que han sido siempre...

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Nunca viene mal algo un poco triste jajajaj

YUNANDO: La PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora