DONDE COMENZAMOS

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Armando acabó lo que tenía que hacer y se subió al coche, Yun hizo lo mismo.
Condujo durante 45 minutos hasta llegar a ese lugar.

N:–Te he traído aquí porque hace muchos años fue un lugar especial.

Y:–No lo fue Nadando, lo e'.

N:–Si, aquí podríamos decir que fue el comienzo, el comienzo de algo mágico.

Y:–Nadando, ele un culsi.

N:–Calla y déjame acabar, yo vine a esta montaña porque me sentía confuso, el día anterior fue la primera vez que me dijiste te quiero, yo, no sabía que pensar, no sabía que sentir, de repente apareciste y te sentaste a mi lado, ahí empecé a entender el significado de las palabras "te quiero", no nos hizo falta decir nada para saber lo que sentíamos, después vino...

Y:–La estlella fugaz...

N:–Eso es.

Habían pasado tantos años desde ese momento, pero no importa el tiempo que pase, cada vez que vuelven a ese lugar se para el tiempo como la primera vez.

N:–Ahí te lo prometí, y a día de hoy esa promesa sigue en pie.

Y:–Eles helmoso Nadando, de veldad glacias, no suelo decil palablas, ya sabes, culsis, pelo cleo que esta ocasión melece la pena, glacias pol apalecel en mi vida, llegaste y le diste sentido a mi cabeza, y sobletodo, a mí colazón, te quielo.

N:–Yun, yo siempre voy a estar aquí contigo, siempre vamos ha salir de todas las mierdas juntos ¿Si? No quiero que te preocupes por lo que pasó con Conway.

Y:–Eso, eso e' inevitable, me preguntó que hubiela pasado si yo no lo hubiela matado, tal vez mi madle y mi helmana seguilian aquí...

N:–No fue culpa tuya, todo en la vida tiene un camino y un sentido, deja el pasado atrás, tampoco pienses en el futuro, vive el presente, que es lo que en estos momentos importa, solo, dejate llevar.

Y:–Tengo miedo a dejalme lleval Nadando, yo, siento que si me dejo lleval acabale en un abismo del que no podle salil.

N:–Y ahí estaré yo, para sacarte de el, Yun, vamos a aprender de los errores, vamos a aprenderlo todo, juntos.

Y:–No tengo palablas pala agladecelte todo lo que haces pol mi, lealmente me impoltas, te quielo.

N:–Yo también te quiero.

Y como hace años, sus corazones volvieron a hablar, se miraron a los ojos, sobraban las palabras.

Yun es un poema, Nadando ha aprendido a leerlo con paciencia, apreciarlo y a memorizar cada una de sus líneas.
Yun se acercó a él, beso sus labios con pasión, parece que la historia volvía a repetirse.

YUNANDO: La PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora