ESOS OJITOS VERDES

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Ona llego al taller, al fin podía ser feliz, empezar de cero, tenía miedo, no sabía cómo iba a reaccionar, después de tanto tiempo lo volvía a tener cerca, cuando su marido murió, le prometió que lo buscaría, y, después de años buscándolo aquí está...
Camino hacia el, no pudo evitar que le cayeran algunas lágrimas, se acercó al grupo de muchachos que estaban en la puerta del taller.

O:–Hola.

GN:–Hola.

T:–Buenaas.

J:–Hola.

M:–¡Gineeees!

GN:–Voy.

T:–Juanjo ¿Vienes con la grúa?

J:–No puedo, Sito me ha dicho que si no lo ayudo con algo me voy a la calle...

O:–¿Juanjo?

J:–¿Si?

O:–Juanjo Rodríguez ¿Cierto?

J:–Si, ¿Por qué?

Ona no pudo evitar llorar, esos ojitos verdes, era igual que el, tiene sus ojos, esos ojos verdes que tenía su padre.

O:–Sabes... Tienes los ojos de tu padre.

J:–¿Usted conoce a mi padre?

O:–Si Juanjo, el era el mejor hombre que pudo haber, te quería mucho, creeme, te busco, tú eras el niño de sus ojos, pero no pudo más, estaba derrumbado, no era el mismo desde que te arrancaron de nuestros brazos, solo tenías dos años, no te pudimos criar, no pudimos darte todo el amor que te mereces, lo siento tanto, puede que nos odies, pero tuvimos que hacerlo, no teníamos nada, no podíamos sacarte adelante, lo hicimos por tu bien, necesitaba asegurarte una vida, perdóname...

A Juanjo se le cristalizaron los ojos, oír aquellas palabras... Entonces, nunca lo abandonaron.

J:–¿Ma-mama?

O:–Eso es, después de tanto tiempo has vuelto a mi, de verdad, lo siento tanto.

J:–No tienes que disculparte, gracias, gracias por volver a por mi, mamá.

Se abrazaron, después de tantos años Juanjo a su madre junto a el, ahora solo era el momento de recuperar el tiempo perdido.

YUNANDO: La PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora