Capítulo Treinta y Cuatro - Despertar

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Pov. Jackson Wang

-No crees que es hora de irte?, te dije que algunos momentos acá pueden ser días para afuera- habló la anciana.

-Debería simplemente despertar?, no tengo nada que quiera hacer al despertarme.- respondí.

-Yo solo diré que deberías arriesgarte a hacer lo que tu quieras, a veces hay que vivir la vida como si fueras a morir mañana, deberías intentarlo.- replicó.

-Pero-, antes de responder lo único que escuché eran voces que me llamaban.

Dónde?, estaba solo a oscuras en su totalidad, lo único que me guiaba era el sonido, pero no sé hacia dónde ir.

-Jackson despierta-, es su voz, estoy seguro que es ella, Emma.

Corrí hacia adelante sin pensarlo hasta que pude ver luz, abrí mis ojos, me levanté de golpe y la brusquedad hizo que me cayera de nuevo. Eso mencionó la anciana, ahora que lo pienso, donde estoy y cuánto tiempo llevo aquí?.

Emma, la ví llorando en una esquina mientras varias enfermeras estaban que me atendían.

Luego de un rato cuando se fueron estaba confundido que estaba pasando, -¿Qué día es?- pregunté.

-Dudo que recuerdes el día que llegaste, pero llevas aquí una semana- respondió

¿Una semana?, eso es imposible solo fueron unos momentos los que estuve dormido no?, dejando eso de lado, la podía verla mirándome, molesta.

-Más te vale dar una explicación que justifique porque descuidaste así tu salud-, habló de nuevo.

-Yo no descuide mi salud, solo pasó-, no tengo una excusa creíble en estos momentos.

-¿Una semana?, estás diciendo que te enfermaste así por así, una semana?-, su tono incluso daba miedo en estos momentos.

-¿Como sabes que una semana?, exageran el tiempo-.

-Jackson Wang, he estado viniendo todo los días durante una semana, como te atreves a mentir-, mientras me tiró un cojín que estaba en los muebles.

-¿Has estado viniendo todos los días?- pregunté.

-No cambies de tema-, respondía mientras me golpeaba con el cojín.

-Ya basta-,me estaba quejando mientras sonreí al verla molesta de esa manera.

Se detuvo y se sentó al lado de donde yo estaba, no pensé que volvería a hablar con ella desde que Sei no me dejaba ni siquiera acercarme, pero sé que apenas él se entere, otra vez no me dará ningún tipo de pase.

-Sei se acaba de ir, Charlotte vino también casi todo los días y Jihyun dijo que hoy vendrá- habló y al mencionar el último nombre me dio escalofríos.

-Oh, Jihyun vendrá- replique.

-Él ha estado muy preocupado, ha estado llamando todos los días desde que te trajo- respondió mientras jugaba con sus manos.

Él no está preocupado, él me quiere asesinar, y ni hablar de Sei, porque siempre me meto en problemas?, necesito fumar de nuevo.

-No puedo creer que haya estado una semana así-, suspiré.

-¿Porqué lo hiciste?- preguntó ella, ah mira es que me enamoré de ti siendo la novia de mi mejor amigo, NO DIRÉ ESO.

-Porque lo hice?, no lo sé-.

-Eres un idiota, por asustarme así-, siguió regañandome.

-Perdón-, no puedo ni mirarte a los ojos.

Jihyun, Sei, sé que no es lo correcto pero...

-Saldré un rato, me están llamando- dijo antes de salir rápido de la habitación.

Quiero aceptar lo que siento, pero me es tan complicado con muchas personas cerca, tengo miedo que lo tomes como un juego, estoy seguro que solo olvidarás lo que trate de decirte.
Emma entró a la habitación de nuevo, con su teléfono en la mano.

-Estás de alta pero necesitas reposo aún, Jihyun dijo que mandará un taxi y que él estará en tu casa en unas horas-, ni quería vivir, porque Jihyun. porque?.

-Así que levántate, y cámbiate mientras hablo con las enfermeras de turno para que se procese todo-, sonrió antes de salir de nuevo de la habitación.

Me paré y vi en el sillón mi ropa doblada, la agarré y fui hacia el baño para cambiarme lo más rápido posible, quiero salir del hospital, es lo único que deseo en estos momentos, aunque Jihyun me asesinara apenas me vea, igual que Sei.
Salí de la habitación, y bajé hacia la recepción encontrándome con Emma, ella se apresuró en llegar hacia mí para ayudarme a caminar, salimos del hospital para tomar el taxi que mandaría Jihyun.

...

Estando en el taxi ella habló.

-Oh verdad, Sei me dejó esto para ti-, rebuscó en sus cartera y sacó un dulce.

Jaja, maldito seas imbécil, aunque tampoco quiero que ella me vea fumando, que hijo de.

-Gracias, lo necesitaba-, tomé el chupetín maldiciéndome por dentro.

Fue Un Placer ConocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora