Fue Un Placer Conocerte

Capítulo Treinta y Uno - Situaciones

Pov. Jeong Sei

Me arrepentí de haber dejado que mis emociones me hayan dominado, pero mi mayor frustración es el hecho de haberla dejado sola en ese momento, han pasado cuatro días desde aquel momento, aquella noche en la que terminamos, hasta estos momentos sigo sintiendo dolor por haberme alejado de ti, pero se decidió así y no puedo insistir, sería en vano. Cuatro días encerrado en mi cuarto sin dar ninguna señal de vida, mi madre hace unos días preocupada me preguntó porque me estaba comportando de esa manera tan extraña, ni yo sé que responder ante esa pregunta.
Quería simplemente no levantarme nunca más, ni siquiera podría verla en estos momentos porque sé que me molestaría o no podría ignorarla, me incomodaría saber que ya no tenemos ese tipo de relación, mi madre justo entró a la habitación diciéndome que alguien había venido a buscarme, solo le dije que dijera que estaba mal o que no quería ver a nadie pero luego se escuchó como caminaban hacia donde estaba, Jihyun.

Solo nos quedamos él y yo en la habitación, ambos nos sentamos en mi cama, hasta que hablé.

-¿Porque has venido?-.

-Porque Emma me dijo qué has estado faltando casi toda la semana a la escuela- respondió tan rápido, que no sabía ni que decir.

Me quedé mirando al piso, incómodo.

-Solo quería venir a decir que Jackson está grave, hace cuatro días no despierta, sigue en el hospital-, suspiró quejándose, -No conseguía comunicarme contigo así que Charlotte y Emma lo han estado visitando, pero estos días pero ya no podrán-.

-Saldré de viaje por mis padres, dos o tres días, Charlotte igual, además Emma ha estado quedándose a dormir en el hospital por esos cuatro días, Charlotte me dijo que se ha enfermado, sabías que son amigas cercanas?, bueno eso parece, es solo fiebre así que lo más probable es que solo esté descansando en casa- volvió a hablar.

-¿Quieres que lo vaya a ver?-, no lo haré.

-No sé qué ha pasado entre ustedes pero es estúpido que ninguno se hable-.

-Ese imbécil cruzó la línea de mi paciencia- respondí sarcásticamente

-Es hora de irme, espero que tomes la decisión correcta Sei-.

Se levantó y se fue sin decir una palabra, no quiero volver a ver a ese imbécil, siento como si el tuviera la culpa de que ella se alejara de mí, como si dudara de lo que siente por que él se acercaba tan imprudentemente.
Lo único que me preocupa en estos momentos es la salud de Emma, ¿dormir en el hospital por cuatro días?, ¿después de estudiar y trabajar?, debe de estar en pésimo estado de salud. No sé si esté en su casa, cuál era la dirección de su casa?, tal vez debería ir o mejor preguntarle a la maestra Ayasaki, no estoy segura el porqué pero ella siempre sabe dónde está Emma, la quiere demasiado.

Después de llamar a la maestra me dijo que Emma estaba en su casa, había ido a visitarla y repentinamente se quiso desmayar pero ella insistió en no ir al hospital, que solo necesitaba descansar, tenía fiebre alta y mostraba síntomas de un resfriado. Por estar tan ocupada se descuido de sí misma, aunque quiero ir a cuidarla no sé si sea lo correcto, no sé si estaré bien viéndola o si ella quizás no quiere verme, quizás debo ir al hospital a ver a Jackson, no sé tampoco cuál es su estado de salud sin embargo que lo vaya a ver no significa que lo pase del todo.

...

Hasta la habitación que tienes en el hospital es muy lujosa para ser una simple habitación de un hospital, hablando con los doctores tampoco pones nada de tu parte para despertarte, ¿acaso este es tu escape?, que estúpido pensamiento estás teniendo en estos momentos para no querer levantarte, espérate ni siquiera quiero saberlo.
Caminé en dirección a su camilla, tienes que levantarte para poder golpearte maldito bastardo, es la única manera en que me sienta bien probablemente, quisiera reclamarte muchas cosas.

Al final de la camilla ví un abrigo, le agarré y al verlo supe que era de ella inmediatamente, lo acerqué a mi rostro y aún olía a ella, me dolía tanto el pecho.

-Dios, sentía que te debía mi vida y me quitaste lo que más quería en ella- reí, era tan amargo aceptarlo.
Porque siempre eres tan cruel sin darte cuenta?, eres un imbécil, en verdad un imbécil, te odio tanto pero no puedo odiarte en serio, solo me da rabia, quejándome frente a ti me hace sentir tan idiota en estos momentos, que esté llorando frente a ti, no significa que te haya pasado por alto algunas cosas, pero levántate desgraciado, eres mi mejor amigo, haz algo por tu parte.