HABANA (Juliantina)

El DESTINO

  Dos seres, un camino, dos corazones, un único destino.

   Valentina se levantó muy temprano, fue poco lo que pudo dormir, entre el bullicio de ese edificio, la gorda que se puso a chismear con Camila por el respiradero, más ella soñando con la mulata toda la noche, no había manera de descansar bien. Tomó su laptop con la intención de escribir al menos el enunciado de su libro pero ni una sola oración salió de su cabeza, no podía concretar un solo párrafo, por falta de información no era, las dos semanas que llevaba en La Habana las había aprovechado bien, no entendía porque no le salían las palabras, llegó a la conclusión que algo le faltaba, pero que?., se enojó, la editorial no le puso fecha límite, pero sabía que antes de que se acabara el año tenía que mandarle al menos el borrador del primer tomo o capítulo del libro, tenía tiempo, estaban en finales de junio, pero Valentina ya sabemos los exigente que era.

    Se bañó y salió a correr, necesitaba despejar la mente, la gorda le aconsejó que corriera en el malecón, solo tenía que bajar unas seis cuadras, no tenía perdida ya que desde esa cuadra se veía perfectamente el mar, le advirtió que no llevara cámaras ni nada de valor, pues ella no la acompañaría, era su guía no su entrenadora personal y la gorda y el ejercicio no se llevaban bien, por eso estaba gorda🤷🏽‍♀️😂

____________________________________

   Los cuatro chicos estaban todos sentados en la casa de Eloy conversando con Sira, la madre del chico, aprovechaban que el padre de Eloy no estaba para hablar de política a gusto, no hablaban mucho de su movimiento ya que las paredes de ese edificio tenían más que oídos, Sira sabía que Juliana formaba parte de un movimiento contra revolucionario, pero lo que no sabía era que ella era al líder y que su hijo pertenecía a ella al igual que sus amigas y otros chicos del barrio.

Sira-como pretenden montar mercados en dólares, si nos pagan en pesos?—todos coincidieron con la mayor
Camila-incoherencias que solo se le ocurre a este gobierno, nos quieren matar de hambre, quieren mantenernos entretenidos en esas cosas para que nos olvidemos del principal problema del país
Juliana-así funcionan las dictaduras Mila, se caracteriza por concentrar el poder en una sola persona o grupo reducido, por eso sumen al pueblo en la total pobreza, no solo nos distraen con hambre y necesidad, también con el dolor, lo peor de todo es que están consientes de eso—Sira admiraba la manera en la que Juliana se expresaba, las personas tenían una idea muy equivocada de ella, la veían solo como una puta cara de barrio, pero ella era mucho más que eso, tenía buenas ideas y amaba su patria
Sira-si no supiera lo peligroso que es ser líder de un movimiento político, te animaría a que crearás tú propio movimiento, tu propio partido, eres muy buena con las palabras Juliana—todos tragaron en seco, si Sira supiera que su hijo era uno de los líderes de uno de esos movimientos, pondría el grito en el cielo, era muy sobre protectora con el, era el pequeño de tres hermanos y el que más tiempo pasaba con ella, su niño lindo.

Greta-a estas alturas con miedo vieja?—Sira negó con la cabeza
Sira-sabes que no tengo miedo, tengo hijos que es distinto, soy una mujer enferma, y si algo les llegará a pasar a ustedes...—interrumpida por la bailarina
Camila-es que ese es problema vieja, por pensar así es que estamos como estamos, la gente no sale a luchar por sus derechos porque tienen miedo—Juliana se levantó de su asiento y habló

Juliana-miedo miedo, excusas excusas, estoy tan cansada de escuchar esa palabra, más miedo deben darle hacia donde nos está llevando este gobierno, mi miedo es creer que podré morir sin saber lo que es vivir en libertad, ese es el verdadero miedo, de que mis futuros hijos si es que los llego a tener, tengan que pasar todo lo que nosotros hemos pasado—se estaba alterando, adoraba a Sira, pero sabiendo su pasado, odiaba cuando le ponía trabas y daba esas excusas para que a ellos se les quitara esos pensamientos políticos de la cabeza—ellos no son más que un pueblo, nosotros somos muchos más, pero claro, si la mitad de las personas siguen pensando como tú, entonces nos iremos al carajo—dijo y se marchó dejándolos a todos quietos en sus sitios, cuando a la mulata se le subía lo de patriota ofendida no había quien la hiciera entrar en razón, era el único momento en que no sonreía, era una dulzura de mujer, pero enojada si que hacía honor al apodo que algunas viejas chismosa le pusieron "La diabla".