"No has inventado nada. Antes de ti ya estaban el dolor, el mal amor, los reproches y la pérdida. Tú no has inventado nada, pero te has encargado de perfeccionar la técnica conmigo desde el primer día".Evidentemente el momento en el que Juliana hizo su aparición fue muy incómodo para todos, todas las personas que allí se encontraban estaban acostumbrados a verlas juntas, a amarse con sus ojos, no a odiarse como estaban intentando hacer en ese momento.
En el lugar habían al rededor de unas cincuenta personas, esas cincuenta eran de los más importantes dentro del movimiento. Antes de debatir cualquier tema debían ir a lo más importante y real motivo de esa reunión, exigir unas cuantas explicaciones del porqué no había confesado desde un principio quién era ella en realidad, querían una buena explicación porque si no los convencía, lamentablemente tendría que abandonar el movimiento y ellos deberían cambiar para siempre su manera de proceder en cuanto a estrategias, sus medios de comunicación, planes alternativos en fin, debían comenzar nuevamente si resultaba que Valentina era una traidora como bien habían escuchado dos de sus miembros y la mismísima Habana aquel nefasto día. Sabían que la idea de utilizar a Habana para sacarle información no serviría de nada pues la misma Habana se los hizo saber mediante una llamada que les hizo días antes de regresar, comunicándoles que ella y la falsa turista ya no estaban juntas y que uno de los líderes del movimiento, o sea, Eloy, tenía algunas pruebas que mostrar. Su líder Juliana alias Habana también daría los argumentos necesarios para desacreditarla y que así la expulsaran definitivamente del movimiento.
Lo primero que hicieron fue pedirle a Eloy que mostrara lo que sea que tenía para mostrar. El chico se levantó de su asiento y se dirigió hasta el centro de todo el lugar, sacó de su mochila una carpeta y la dejó caer sobre la mesa y regresó a su sitio, dirigió su mirada fugazmente a la turista y esta se la sostuvo con seguridad pero por dentro se sentía terrible pues sabía perfectamente que era lo que él había dejado sobre la mesa.
Ella no podía dejar de ver a Juliana, lo hacía sin que ella se diera cuenta, o eso creía, el caso era que no podía ni quería apartar sus ojos de ella, Juliana no la miró a ella en ningún momento, quería evitar sus azules a toda costa, el disfraz con el que llegó iba desapareciendo con cada minuto que pasaba cerca de Valentina, solo un metro las separaba, estaban una frente a la otra con sus brazos apoyados sobre la mesa, no estaban solas, sentadas en esa mesa habían más personas, encima de esa mesa también estaba el mismo televisor y reproductor de DVD que el día en que Juliana se enteró de todo.
Uno de esos miembros sin nombres abrió la carpeta y colocó una foto detrás de la otra sobre esa mesa, el hombre llenó la mesa de fotos de Valentina con Brenda muy acarameladas y aparentemente felices en la puerta principal de esa mansión que Juliana conocía bien.
Tuvo que hacer el mayor de los esfuerzos para no explotar ahí mismo, tuvo que hacer el mayor de los esfuerzos para no quebrarse y echarse a llorar frente a todos. Juliana alias Habana era muy respetada dentro del movimiento, era la líder, claro que la respetaban, pero en ese momento se sintió una mierda pues estaba pasando una gran vergüenza, no solo la habían engañado ocultando su identidad, no solo estuvo un año durmiendo con el enemigo, si no que delante de todo su movimiento estaba quedando expuesta la infidelidad de Valentina, pues para ella aunque no estaban juntas en el momento que se hicieron la fotos, le parecía que eso era una infidelidad, a demás de que estaba segura que Valentina y esa hija de puta mantenían relaciones cuando aún eran parejas.
Agarró todo el valor que le quedaba, se inclinó hacia adelante apoyando sus codos sobre la mesa y entrelazó los dedos de ambas manos, sonrió sarcásticamente y dirigió sus negros ojos a esos azules que ya los estaban esperando, se puso seria y negó con la cabeza lentamente, estaba intentado calmar la ira que crecía rápidamente dentro de ella. Valentina no le apartó la mirada en ningún momento a pesar de que a diferencia de los ojos de Juliana que la miraban con roña, furia, odio y mucho resentimiento, ella solo la miró con dolor, el dolor de confirmar una vez más lo poco que Juliana confiaba en ella, también se sentía enojada, no cambiaria su postura, ella no tenía nada que ocultar, su conciencia estaba tranquila, su único error fue no contar las cosas a tiempo, estaba aterrada, pero no por la supuesta traición, si no porque sabía que Juliana interpretaría todo mal.
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HABANA (Juliantina)
FanfictionDicen que en la guerra y en el amor todo se vale, pero como vivir amando en medio de la guerra? Cómo se pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo si no tienes tiempo? Cómo entregarle hasta tu alma a una persona que está buscando la suya a través de...