Al llegar a la estación de policía de zanja, las iban a separar, pues los turistas tenían un área especial y totalmente diferente a donde llevaban a los cubanos detenidos, para los turistas hasta los calabozos eran mejores que los de los cubanos, que estaban sucios, con mal olor y sin cama, todos mezclados, hombres con mujeres y mucho más de la capacidad permitida en una misma celda.Obviamente Valentina prefería estar cerca de Juliana en un cochiquero lleno de gente antes que dormir en un colchón mientras su mulata la pasaba sola con quien sabe que tipo de personas. Valentina llevaba todo el camino rogándole a los guardias que la pusieran junto a Juliana, pero ellos no le hacían caso. Antes de que sus caminos se separaran, sin que Juliana la viera pues iba adelante, la turista se le acercó a uno de los guardias para decirle algo.
Valentina-no tienes idea de quién soy, será mejor que esa chica y yo permanezcamos juntas, por que si no, tendrás que dar muchas explicaciones y hasta tu trabajo puedes perder—ella no era así, nunca había abusado de su influencia, nunca le hizo falta, pero en esa ocasión era necesario, sabía que sería difícil para Juliana salir de ese lugar si ella no usaba todo su poder, que el trato que les darían sería diferente si ella decía de quien era sobrina, pero no quería, no estaba lista para hablar de su vida pasada con Juliana, mucho menos después de ver con sus propios ojos lo en desacuerdo que estaba la mulata con el sistema del cual ella aunque fuese inconscientemente vivió por doce años.
Todo ese tiempo en Cuba le había servido para entender la mente de sus paisanos, por desgracia la mayoría se movía por el interés o por el miedo y, ese policía en ese momento sintió miedo, aún así se hizo el duro
Policía-no inventes, anda camina, ya verás la multa que vas a tener que pagar para salir, y a tu putica le espera mínimo seis meses en prisión por rebelde—la que sintió miedo en ese momento fue Valentina al escuchar a ese tipo decir eso, usaría su carta, lo diría aunque no quisiera. Seguían avanzando, Juliana de vez en cuando echaba su vista hacia atrás para saber que era lo que hablaba la turista con uno de los policías, pero le era imposible porque estaban hablando muy bajo.Valentina-cuando te hable tú superior preguntándote que carajos hace la hija del embajador de Cuba en Venezuela detenida, el que va a estar más de seis meses pero sin trabajo vas a ser tu... pendejo—el hombre tragó en seco y automáticamente le sacó las esposas y la turista volvió a hablar—quiero a esa mulata en el mismo lugar a donde me van a llevar a mi—el policía le hizo una seña a los otros que ellos entendían bien, ellos con esa seña supieron que Valentina era una de las "intocables" así que hicieron lo que les dijo, Juliana no entendía nada, pensó que como Valentina era turista a lo mejor esa conversación era para sobornarlos y por eso en ese momento estaban dirigiéndose a uno de los calabozos más limpios de ese lugar y solo para ellas. Valentina se sentía avergonzada de usar ese "poder" cayendo en cuenta cada vez más de la realidad de Cuba, que el echo de ser turista ya te hace privilegiado, que ser hijo de militares y gobernantes ya te hace ser un ser intocable, que los demás ciudadanos cubanos no son nada, que en su propia tierra, bajo su propio cielo eran excluidos, que ser cubano era sinónimo de orgullo pero también de dolor y tristeza, que si naces cubano y no estas en el selecto grupo antes mencionado, entonces debes saber que tu vida no será fácil.
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Cuando se aseguraron de que habían quedado completamente solas y que nadie las escucharía, Juliana tomó la palabra, estaban sentadas en la parte baja de la única litera que había en ese calabozo.
Juliana-que les ofreciste?, cómo lograste que nos pusieran juntas y aquí?—se imaginaba que era dinero pero quería saber los detalles. Valentina suspiró, no quería mentirle pero aún así lo hizo
Valentina-dinero—la mulata se levantó y caminó frustrada hacia los barrotes para luego colocar su frente contra uno de estos, así sería siempre en su país, todo por el maldito dinero., pensaba. La turista fue tras ella, la rodeó con sus brazos por la cintura y le dio un beso en la nuca que hizo que se erizara toda y por un momento se olvidara de su enfado—la que debería estar enfadada soy yo, mira lo que nos costó tu orgullo—la mulata intentó zafarse pero Valentina se lo impidió—shhhh... tranquila, no te estoy regañando, me siento orgullosa de tu orgullo, de que no te doblegues ante nadie, de que seas esa mujer fuerte, valiente y decidida que me has mostrado hasta ahora—todo eso se lo dijo muy cerca de su oído, Juliana adoró que su turista no la juzgara y pensó que sería buena idea y tiempo de contarle parte de su verdad.
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HABANA (Juliantina)
FanfictionDicen que en la guerra y en el amor todo se vale, pero como vivir amando en medio de la guerra? Cómo se pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo si no tienes tiempo? Cómo entregarle hasta tu alma a una persona que está buscando la suya a través de...