EDUARDO

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Eduardo-y dime Julio... como te has sentido desde que saliste del hospital?—decía el terapeuta con un cuaderno apoyado en sus piernas cruzadas y un bolígrafo en la mano, observando cada gesto o reacción del chico para irlas anotando.
Julio-dolor—dijo sin más. Tenía su cabeza abajo pues le daba vergüenza mostrar su deformado rostro, ese que veía cada mañana en el reflejo del único espejo que había quedado en esa casa luego de que su hermana y cuñada los retiraran todos.

Eduardo el terapeuta se inclinó más hacia él, estaban uno frente al otro sin ninguna mesa de por medio. Eduardo se quitó los espejuelos y se los guardó en el bolsillo izquierdo de su guayabera blanca y con voz calmada y cálida le preguntó
Eduardo-que tipo de dolor?—Julio que se encontraba jugando con sus dedos en ese momento, tomó valor y lo miró
Julio-siento todo tipo de dolor—Al parecer a Eduardo le seguía pareciendo corta la distancia entre ellos así que se levantó y arrastró la silla más cerca, rozando la rodillas suyas con las de él, era una de las maneras que los psicólogos tenían para ir ganando confianza y terreno con sus pacientes.

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Quince días después:

Valentina-¡Noo! ¡Ey Julio no! ¡Escupe eso! ¡Escúpelo vamos!—se le fue encima, pero teniendo cuidado de no lastimar su cabeza, lo inmovilizó con sus piernas y brazos, liberó una mano y metió dos dedos en su boca para hacer que vomitara y lo consiguió. A pesar de eso el chico había quedado inconsistente, así que Valentina buscó con su mirada a Juliana, pero se percató que la mulata estaba igual de inmóvil que su hermano, ya que a pesar de estar consiente, se había sentado en el piso mirándolo fijo sin poder apartar la mirada de él, en sus ojos se mostraba el miedo y la incertidumbre, tenía el aspecto físico de una persona incapaz de reaccionar si quiera en ayudar a su hermano que acababa de atentar en contra de su propia vida por tercera vez en quince días. Valentina con cuidado dejó al chico tirado en el suelo y fue rápido hasta Juliana para con sus manos darle algunas bofetadas sin mucha fuerza en su cara y así intentar que reaccionara—¡Juliana mierda despierta! ¡Busca ayuda! ¡Tu hermano se va a morir carajo! ¡Ayúdame a ayudarlos!.

Juliana la miró pero sus ojos seguían perdidos, aún así habló, en un hilo de voz pero habló
Juliana-no puedo... no puedo Val
Valentina-¡Si puedes Juliana! ¡Busca ayuda por favor!—nada, Juliana no reaccionaba así que salió en plena madrugada en busca de algún carro para llevar a Julio a emergencias.

En cuanto la mulata sintió el trancazo que Valentina le dio a la puerta, reaccionó y también salió en busca de ayuda, fue al edificio y subió las escaleras con destino al apartamento de Lauren y Camila. Cuando la bailarina abrió la puerta Juliana se lanzó a sus brazos y comenzó a llorar
Juliana-¡No puedo más Mila!—decía mientras sollozaba y se dejaba caer—¡Julio! ¡Él lo volvió a intentar! ¡Ya no sé cómo ayudarlo!—Lauren que desde que sintió los fuertes golpes en la puerta se había comenzado a vestir pues sabía que algo malo había pasado, bajó a toda velocidad para ir en busca de Valentina, que por suerte había encontrado a un bici taxi que los llevaría al cuerpo de guardia más cercano.

Lauren le explicó brevemente en el estado que se encontraba la mulata y le sugirió que fuera en busca de ella mientras la que se encargaba de acompañar al chico al hospital sería ella. Valentina aceptó y subió en busca de su esposa para arrastrarla con ella al hospital, ya habían recibido varios reportes de los trabajadores sociales de que le podían quitar la tutela del chico, cosa que en tan solo unos días dejaría de ser una amenaza pues Julio estaba a punto de convertirse en adulto.

Al entrar en el pequeño apartamento, Valentina se encontró con una mulata acostada en el sofá dejando su cabeza descansar en las piernas de Camila, quien le acariciaba los cabellos intentando que se calmara. La turista entró en cólera y caminó con rapidez hacia ellas, agarrando a Juliana del brazo con fuerza para que se levantara. Camila al advertir la brutalizad con la que Valentina la estaba tratando, intercedió, se puso en el medio de las dos y le habló.

HABANA (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora