HABANA (Juliantina)

PUTA DE BARRIO

     Después de haber tenido su muy buena dosis de sexo, Valentina se quedó despierta escribiendo, tenía muy buenas ideas en su cabeza y no las quería desaprovechar. Eran las siete de la mañana cundo Juliana se empezó a despertar, remoloneaba en la cama mientras la turista la observaba anonadada. En cuanto la mulata abrió los ojos y se encontró con los azules ya puestos sobre ella le sonrío, Valentina se preguntaba si así sería siempre, si la mulata siempre estaría de buen humor y con una sonrisa en su rostro.

Valentina-buenos días—dijo para luego situarse encima de ella y robarle no uno, si no varios besos—como dormiste?—le habló al oído
Juliana-muy, pero que muy bien—su voz sonaba adormecida pero también muy sensual, todo en ella era sensual—y tu?—Valentina arrugó la nariz
Valentina-la verdad es que no he dormido nada, pero valió la pena—le mostró su tableta donde salía el número de páginas que había escrito, eran muchas, Juliana abrió bien grande los ojos, si que estaba inspirada, le besó sus hombros desnudos, acto que la turista amó, normalmente esos lo hacían cuando tenían intimidad
Juliana-pues yo que tú dormiría ahora, tienes que hacerlo si quieres terminar ese libro, todo en exceso es malo—Valentina alzó una ceja y Juliana carcajeó—el sexo contigo es diferente escritora, nunca sería demasiado—Valentina le agarró el mentón con fuerza
Valentina-cállate Juliana, no me digas esas cosas—la besó desesperadamente, entonces fue Juliana la que la agarró del mentó
y la detuvo
Juliana-a que le tienes miedo Valentina?—Valentina no dijo nada, solo le acaricio las cejas y la volví a besar, debía salir de esa situación como fuera, así que se acordó de algo. Salió un momento de la cama, abrió un gavetero enorme donde tenía su ropa y sacó un billete de diez dólares, se lo ofreció a la mulata que la miraba extrañada. Al Valentina advertir su reacción agarró otro billete de diez, era más del triple de lo que le pagaba a Greta por ser su guía.

Valentina-si quieres más no hay problema, solo que tengo que ir al ban...—la forma en la que la mulata se levantó de la cama la interrumpió, se veía enfadada y eso no era normal en ella. En ese mismo estado se comenzó a vestir, la turista no entendía nada—dije algo malo?—la mulata la miró amenazantemente, tenía que hablar, ella no era de las que se quedaba con las palabra dentro
Juliana-quien te dijo a ti que yo quiero tu dinero?—Valentina se sorprendió y no solo por sus palabras, si no por el tono frío y distante que utilizó
Valentina-estoy pagando por tu trabajo, lo mismo que hacía con Greta, no quiero que sientas que porque te acuest...—la mulata la encaró, le arrebató los billetes de las manos y los lanzó a cualquier parte
Juliana-mi tiempo contigo no tiene precio Valentina, si quise ser tu guía es porque yo así lo decidí, sólo que te adelantaste a Greta y no pudo renunciar como yo misma le pedí—la turista no cabía de felicidad, de asombro, de miedo, era un mar de sentimientos en ese momento, entonces se arrepintió de haberle ofrecido dinero, debía entender que todo lo que se hablaba de los cubanos de la isla no era cierto, o que todas las personas no tienen porque ser iguales.

Valentina-perdóname Juliana, entiende que de donde vengo estamos acostumbrados a pagar por todo, no sé como funciona aquí, de verdad no quise ofenderte
Juliana-pero lo hiciste—Juliana se sentía realmente mal, la turista con el gesto de pagarle le recordó a lo que ella se dedicaba. Estaba a punto de salir por la ventana para comenzar a escalar hasta la casa de Camila, pero la turista le rodeó con sus brazos su cintura y con voz suplicante le susurró
Valentina-perdóname mulata por favor... quédate aquí conmigo—le besó el cuello y sintió como Juliana se le estremecía la piel, entonces le dio más besos. Juliana cedió del todo, Valentina era una debilidad para ella y ya no había vuelta atrás. Se dejó arrastrar por ella nuevamente a la cama, tuvieron sexo de "reconciliación" y luego la turista se quedó profundamente dormida y Juliana se marchó sigilosamente para no despertarla.