LA MIEL

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Un mes había pasado desde el fallecimiento de Doña Nena, Juliana se había enfocado en la causa y en la recuperación de su hermano, la verdad era que estaba mejorando, nunca más había consumido, de hecho Willian el mismo día que el muchacho enterró a su abuela se apareció en el barrio y él lo rechazó, con ayuda de la turista claro, eso fue un show, la guerra fue grande, ambos barrios se pelearon ese día a los golpes, Valentina se desahogó aún más, le entró a patadas una vez más. Juliana de nada de eso se enteró, ella estaba devastada, tanto así que al otro día ella y Valentina se fueron al campo a la casa de la familia de Doña Nena, si, donde el tío Ismael. Estuvieron una semana ahí, eso les sirvió a ambas, a Julio lo dejaron internando en la clínica nuevamente, estuvo a punto de recaer cuando Willian le ofreció y eso no era bueno.

Esa casa de campo estaba mucho mejor, la turista se había encargado de eso todos estos meses, tenían su propia habitación y a pesar de que no hicieron nada de nada al menos no las interrumpían en caso de querer hacerlo, no había ningún Brandon jodiendo a su alrededor, mucho menos sabiendo el mal momento que estaba pasando la mulata y toda la familia.

Juliana no había cambiado pero su alegría se había apagado un poco, un poco mucho, Valentina se había dado cuenta de eso, hacía más de un mes que no tenían relaciones y eso ya era un nuevo récord para ellas. La turista no la quería presionar, la entendía, aún estaba de luto, no se había vestido de ningún otro color que no fuera el negro desde el día que su abuela había muerto, le hacía visitas al cementerio cada semana en compañía de la turista y sin que esta se diera cuenta también iba para estar a solas.

Lauren y Camila no habían avanzado mucho, todo estaba dicho entre ellas, no dirían nada hasta que sus amigas decidieran concertarse todo la una con la otra, aparentemente todo estaba bien, ambas sabían que cuando todo explotara tendrían que rendir unas cuantas cuentas, pero no interferirían en el destino y la relación de ellas, estaban aprendiendo a vivir con la carga de ese secreto sobre sus espaldas, sus amigas lo merecían.

El movimiento seguía vivo, más vivo que nunca, cada vez eran más fuertes y poderosos, más temidos por el régimen, también estaban cada vez más expuestos pues la dictadura estaba virando la Habana al revés buscando a los líderes de ese movimiento, pero por motivos e intereses mutuos los únicos miembros de la dictadura que sabían eso prefirieron callarse por su propio beneficio y, esos eran Leon y Brenda que ya habían comenzado a hechar su plan a andar. Leon llevaba días tratando de localizar a su sobrina pero ella seguía sin querer responder a sus llamadas.

Por obvias razones el final del libro de Valentina se había atrasado y ya había puesto a la editorial sobre aviso, no tenía cabeza para escribir, su cabeza era un completo caos, no había tenido la oportunidad de decirle a Juliana nada acerca de su verdad pues porque la veía muy alejada del plano terrenal, era como si hubiera muerto con su abuela, la turista estaba segura que si le confesaba todo en ese momento las cosas saldrían mucho peor de lo que esperaba. Juliana un poco más de lo mismo, quería avanzar pero el recuerdo ausente de su abuela la torturaba, no superaba su muerte y estaba segura que no la superaría jamás, aún así se levantaba cada día con la esperanza de que su actitud mejorara, que viera las cosas positivamente pero lastimosamente no podía, creía que con el amor de Valentina le sería suficiente, pero mientras hubieran secretos entre ellas eso le sería imposible, quería de una vez romper esas cadenas que las mantenían atadas pero no se atrevía, sentía que esa situación la rebasaría, no podía lidiar con su amor, con su causa, su hermano y la pérdida de su abuela a la misma vez.

Ella seguía haciendo su vida normal, lo único que no había vuelto a la normalidad era su vida sexual y amorosa con la turista, no se sentía animada, habían tenido varias oportunidades pero siempre de una manera u otra todo se desvanecía y, es que cuando hay tristeza las cosas suelen funcionar así, su vida de un momento a otro había dado un giro demasiado drástico. Juliana había percibido que Camila estaba extraña, como que le ocultaba algo, no haría preguntas, Juliana estaba agitada mentalmente, necesitaba un break urgente, necesitaba despertar algo en ella, la única que podía era la turista pero la turista también estaba aprendiendo a vivir sin la presencia de Doña Nena, aceptando a Juliana con sus cambios de ánimos y sus repentinos ataques de llantos en la madrugada, con sus sueños y revelaciones, la turista también estaba agitada mentalmente. Su amor seguía intacto, de hecho todo lo que había pasado era una prueba más que tenían que rebasar y estaban rebasando con aparente éxito, pero debían encender la llama nuevamente, debían romper la inercia si no las cosas se complicarían aún más.

HABANA (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora