TAN TUYA COMO MIA

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                                Flashback

Soledad-El Rey quedó fascinado ante tanto esplendor y acabó pensando que se trataba del candidato perfecto para casarse con su hija.
El Marqués y la princesa se casaron felizmente y el gato sólo volvió a cazar ratones para entretenerse—terminó de decir Soledad a su pequeña hija Valentina. Cada noche le contaba un cuento antes de dormir. En esa ocasión fue "El Gato con botas" de Charles Perrault, famoso escritor Francés de cuentos infantiles—vamos mi niña... Val... es hora de dormir—la pequeña rubiesita le hizo un puchero enorme a su madre
Valentina-pero mami, aún papi no ha llegado, quiero que me cuente una de sus historias también—Soledad suspiró, hacía días que no recibía noticias de su esposo Leopoldo. Eso la tenía realmente preocupada, pero siempre fue así y ya debía de estar acostumbrada a su ausencia, la que no lo estaba pasando nada bien era su pequeña parlanchina, pues hablaba demasiado
Soledad-tranquila mi amor, tú papi llegará pronto, entonces nos iremos a un lugar mejor que este y no nos separaremos más, esta bien?—la pequeña hizo otro enorme puchero mucho más grande que el primero. Se levantó de la cama y fue hasta su ventana, desde ahí se podía ver el mar
Valentina-yo no me quiero ir mami, aquí están mis amiguitos, la señora Caridad, el mar, sabes lo que me gusta el mar mami—se quejó y Soledad casi llora, pero la realidad de su familia era otra, debían marcharse, su hija en un futuro se lo agradecería.

Soledad-yo lo sé mi vida, pero existen cosas más importantes que todo eso—le besó los cabellos y la llevó nuevamente a la cama para arroparla con una manta
Valentina-como qué mami?
Soledad-como la libertad hija mía—Valentina no dijo nada más, se quedó pensando en el significado de esa palabra, era muy pequeña y habían ciertas cosas que no entendía. Su madre le dio un beso y le acarició los cabellos hasta que se quedó dormida.

    Esa noche como tantas otras, su esposo no llegó a dormir a la casa, esta vez si que se temía lo peor y ya estaba cansada de esa situación.
                         
                             Fin del flashback

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Después de la acalorada discusión que tuvieron las chicas, Eloy fue tras Juliana, no permitirá que se fuera sola, estaban lejos y se estaba haciendo de noche. Greta intentó seguir a la turista pero esta se lo prohibió.

Valentina fue a dar a su antigua casa, bueno, antigua por decir algo, pero se veía una casa de lo más moderna, totalmente remodelada, esa era una zona turística y muchas personas pudientes compraban casas abandonadas en zonas estratégicas para luego rentárselas a los turistas para sus citas o simplemente para pasar días en familia. Ese día al parecer había un grupo musical que tocaría música tradicional cubana. Valentina se acercó a la puerta y como iba vestida de playa no la querían dejar entrar, ella abrió su mochila sacó su cartera y le puso un billete de 20 al portero en la mano, no todos los cubanos eran honrados, en Cuba como en cualquier país, existen los hijos de puta sin escrúpulos.

Al entrar los pocos recuerdos que le quedaban de su infancia se hicieron presentes, caminó hacia la terraza de su ex casa, quería perder a toda esa gente extraña de vista, estaba a punto de llorar y si eso pasaba no quería que nadie la viera así. Finalmente llegó hasta el final de la terraza y se sentó en una mesa que quedaba vacía, la casa era bastante grande pero con esa remodelación lo parecía mucho más y cabían mucha gente.

La turista lloró en silencio, lloró bastante, lo hizo como cuando era esa pequeña que se había acabado de quedar sola en un país en el que no conocía a nadie y en el que todos se estaban disputando su custodia. Se entristeció más aún cuando a lo lejos observó el viejo árbol donde solía haber un columpio que su propio padre construyó para ella, donde estaban grabadas sus iniciales y las de sus padres, recordó que ese árbol lo había plantado su padre en compañía de su abuelo y que él le prometió que cuando creciera un poco más, la ayudaría a plantar un árbol también, evidentemente ese día nunca llegó, pero recordó alguna de las palabras que él le dijo ese día "Hay tres cosas que cada persona debería de hacer antes de morir, plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro" frase dicha por el poeta cubano José Martí. Ella ya estaba escribiendo el libro, aún le faltaba el árbol y, lo más complicado, con quien tener un hijo, no estaba segura en ese momento de conseguir ninguna de las tres, porque donde plantaría el árbol si no sentía que pertenecía a ningún lugar. El problema es que Valentina aunque no lo aceptaría, seguía encadenada a su pasado consiguiendo con eso que el futuro la torturara y por esa razón es que el presente se le estaba escapando delante de sus ojos.

HABANA (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora