LA ÚLTIMA CARICIA

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"Sus palabras se vuelven caricias en mi alma; me hacen vulnerable, me desarman y si así lo quisiera, en cuestión de segundos podría romperme".


La turista estaba impaciente, ya la cena estaba servida hacía más de media hora, no tenía ni gota de hambre, solo quería comprobar si la mulata se había puesto la lencería que ella le había comprado. No quitaba su mirada de las escaleras, moría no solo por verla así vestida, si no que moría por verla en general, la extrañaba aún estando en el mismo lugar que ella.

Finalmente Juliana comenzó a descender, Valentina que tenía una copa del champán preferido de Juliana en sus manos, la dejó caer sin poder evitarlo, se veía hermosa, se veía irresistible y muy sexy, jodidamente sexy. Juliana veía en los ojos de Valentina eso que siempre vió, ese deseo feroz que nunca pudo esconder por muy hija de puta que fuera. Consiente de ser la presa que Valentina quería devorar en ese momento pues fue a su encuentro, nadie la había mandado a comprarle ese conjunto tan provocativo, lo utilizó a su favor y lo estaba consiguiendo. Valentina estaba totalmente ida del planeta, su planeta, su sol, su luna, sus estrella y su universo estaba entre las piernas de Juliana en ese momento, también su sus ojos, olvidó todo, olvidó la traición , olvidó el desamor que estaba sintiendo, olvidó su vida entera, solo podía recordar los últimos segundos que Juliana demoró en llegar a ella.

Con sensualidad y con su mejor arma dibujada en su rostro se sentó frente a ella
Valentina-estás hermosa Juliana—dijo totalmente consiente, no lo podía esconder, no podía reprimirse—eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida—a su voz le faltaba aire, ese que Juliana le estaba quitando con tan solo su presencia, sus palabras se le escaparon antes de que pudiera retenerlas, la amaba, la amaba muchísimo, amaba todo de ella y no había guerra, causa, movimiento o propósito que se pudiera interponer ante eso. Ella se preocupó por pensar así, no quería pensar así, no podía anteponer sus sentimientos antes que su razón
Juliana-lo sé—Valentina sonrió, estaba siendo arrastrada por la mulata a donde quería que esta la estuviera llevando, ahí estaba su egocentrismo de nuevo, pero ese que amaba y extrañaba, Juliana hacía mucho que no era así con ella—gracias escritora, tú tampoco estás mal— ambas sonrieron
Valentina-comamos —dijo para cortar ese momento, necesitaba calmarse.

Cuando llevaban un tiempo cenando Juliana habló, debía comenzar a sacarle información a su ex turista
Juliana-y a parte de pasar malas noches que hiciste en Venezuela?—Valentina dejó de cortar su salmón para responder
Valentina-poca cosa, salir una o dos veces a almorzar con mi prima, ver películas, fui a un centro comercial a comprarte eso que traes puesto y que te queda increíble, nada más—Juliana frunció el ceño, algo no le cuadraba
Juliana-a ti no te gustan las películas Valentina—la agarró., pensó la turista y rápido reaccionó
Valentina-no las vi, solo le hice compañía a mi prima—Juliana puso cara como de que no se lo terminaba de creer y Valentina lo advirtió
Juliana-que bien se llevan de repente—ironizó, obviamente Juliana antes de que todo pasara estaba al tanto de que Valentina no se llevaba muy bien con su familia. La turista carraspeó, esa conversación estaba siendo incómoda, la mulata era muy inteligente
Valentina-ella es diferente, a ella le tengo más consideración—bebió de su copa y al terminar habló—y que fue lo que hiciste tu todos estos días?—Juliana muy metida en su personaje, se mordió los labios, se los lamió y luego limpió con su servilleta la saliva que había dejado en ellos, todo eso mirando a la turista muy provocativa. Valentina apretó sus piernas, estaba sufriendo de todas las maneras posibles.

Juliana-pensar en ti, pensar muchísimo en ti escritora—el champán que le encantaba estaba haciendo su trabajo. Lo necesitaba si quería seguirse comportando así. Valentina se acercó a ella, sus labios estaban a escasos centímetros. Casi sobre ellos habló
Valentina-dime que pensaste Juliana—seguía llamándola por su nombre, eso en ese momento estaba pasando desapercibido para la mulata que estaba un poco tomada, no al punto de estar borracha, pero si al de no darle importancia al comportamiento que estaba teniendo la turista en ese momento. Juliana dejándose llevar y ya no por su personaje, se acercó más a ella, dejando su aliento con olor a champán aún más cerca de Valentina que tuvo que cerrar y apretar bien los ojos para no verlos y no caer
Juliana-que me cogías... ahí—señaló el jacuzzi de la piscinas que casualmente se acababa de encender, por ende las burbujas se hicieron presentes—justo ahí—intentó besarla pero Valentina se levantó rápidamente de su asiento, debía parar eso, debía ponerle un pare a esa masacre no solo sentimental que estaba viviendo, Juliana la estaba volviendo loca y eso no era bueno
Valentina-voy por hielo, no te muevas de aquí—Juliana por dentro se estaba muriendo,, porque carajos Valentina no la quería ni tocar ni besar., se preguntó enfadada aunque por fuera le estuviera regalando una sonrisa pícara a la turista que se marchó a toda prisa.

HABANA (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora