Capítulo 57

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Tribu Yana - Serena, 03:40 p.m.

En uno de los altos sembríos ubicados al norte en Monteu, Serena recogía con una mano las mazorcas de maíz mientras que con la otra sostenía una canasta de paja.

Apenas había llegado a la tribu, el jefe me había recibido de manera amable; aquel día dormiría y estaría al cuidado de Rosaura, la mujer que fue a recibirme; pasaría el día conviviendo con ellos y mañana me guiarían hacia el lugar donde estaba oculto el objeto ancestral.

La vida que llevaba aquella tribu era distinta a la ciudad; todos trabajaban en conjunto, protegían y respetaban la naturaleza como si fuera su vida propia. La ropa que me habían dado estaba hecha de capullos de polilla y piel de ciervo, era una falda que llegaba por encima de las rodillas y un tipo de blusa manga larga que cubría hasta mis codos.

-- ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí? -- pregunté a mi acompañante.

-- Desde que tenía diez, vine aquí para aprender de las costumbres curativas a travez de las plantas medicinales y beneficios de los animales.

-- ¿Los animales tienen propiedades curativas?.

-- Así es. Un ejemplo de ellos son los venados, que son símbolo de curación, sus hastas poseen propiedades curativas para hacer remedios.

-- Eso no lo sabía.

-- Hay cosas que jamás te enseñarán en la escuela, si quieres te enseño.

-- Me encantaría, quiero conocer todo de aquí, me interesa mucho este ambiente.

Miré a mi alrededor quedando maravillada por los hermosos valles verdes.

Tribu Algonquino - Dawn, 04:00 p.m.

Desde que puse el primer pie en esta tierra, una mujer india con gran porte me tomó del brazo y me jaló a una de las carpas, me dio un atuendo se su aldea y me llevó al río... creí que íbamos a pescar pero lo que me mandó a hacer fue a lavar la ropa.

-- No entiendo, ¿por qué nosotras hacemos esto y los hombres trabajan?, viven en la época primitiva.

-- Tal vez -- respondió la chica que me recogió -- tú lo vez de aquella forma porque te criaron de manera distinta. Aquí las tradiciones aún perduran. Por sino lo sabías, en esta tribu, las mujeres son las que mandan.

-- ¿Enserio? -- cuestioné escéptica -- no parece.

-- Si tu miraras más allá de lo que ves, verías que aunque el hombre produce, es la mujer quien se encarga de que todo esté en orden, quien educa a los hijos, que la comida esté servida y la que administra el hogar. En esta tribu, los hombres les guardan respeto; las mujeres han sido educadas desde su nacimiento para convertirlas en una esposa ejemplar.

-- Si esto es lo que hace una esposa, entonces no quiero ser una.

-- Algún día lo serás, a diferencia de la gente adinerada que pueden conseguir lo que sea en un chasquido, las mujeres normales tenemos que vivir esto día a día, conseguir un agradecimiento por todo lo que hacen es difícil, pero aquí no, aquí el respeto y el cariño se demuestra, ya sea en gestos o la fidelidad que le guardan a su pareja.

-- Cuando lo dices de esa forma, este lugar no parece ser tan malo.

-- Claro que no. Lo único malo, es que aquel que no respeta dichas costumbres, es exiliado de la tribu.

-- ¿Exiliado?.

-- En las ciudades, cuando una persona descubre a su pareja siendo infiel, la solución es separarse o divorciarse, pero aquí, el engaño es una ofensa que se paga con exilio, seas hombre o mujer. Uno debe de elegir correctamente con quien debe unir su vida porque luego no podrá renunciar; aquí se tomó muy enserio la frase, "hasta que la muerte los separe"

Aprendiendo a VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora