Aprendiendo a Vivir

Capítulo 41

El cielo nublado pero aún oscuro yacía presente en la madrugada del nuevo día. Dentro de una habitación, cierta joven peliazul dormía plácidamente en una cama cubrida por unas sábanas delgadas.

Frente a la cama donde estaba ella, sus amigas Misty y May la miraban con un poco de angustia, mejor dicho, solo May la miraba con angustia mientras que Misty mantenía un semblante neutro en su rostro.

Misty miró el pequeño reloj que traía en su brazo y vio que recién habían dado las cinco de la mañana, sin dudar en lo que haría, llevó el silbato que traía en el cuello a sus labios para dar un fuerte pitido que hizo a May taparse los oídos con ambas manos y que Dawn se enderezara sobre la cama de un solo salto haciendo que todos sus sentidos se pusieran en alerta.

-- Creo que ya dormiste demasiado, levántate, tenemos una mañana ajetreada.

-- Hoy no tengo ganas -- se volvió a recostar en la cama cubriéndose con las sábanas.

Misty se acercó a ella para arrancar las sábanas con las cuales se cubría.

-- No te pregunté si tenías ganas. Te levantas ahora mismo porque yo lo digo. Sin objeciones. Es una orden.

-- Como digas... -- Dawn se enderezó, al ver a May parada aún lado miró a sus alrededores y se dio cuenta de que esa no era su habitación, mucho menos su departamento -- ¿cómo es que llegué aquí?

-- Ayer te quedaste dormida sobre mí, te sentías tan mal que no me atreví a despertarte, le pedí a Drew que te llevara a mi cuarto para que descansaras.

-- ¿En dónde dormiste, May?

-- En el piso, no pude alejarme de ti.

-- ¿Misty sabe que...?

-- Sí, sí lo sé -- respondió Misty antes que terminara su interrogante -- Serena me lo dijo ayer, tuvo otro de sus sueños premonitorios en donde tú eras protagonista.

-- Aparte de ustedes tres... ¿los chicos lo saben?

-- Por supuesto que no. Serena creyó conveniente que solo nosotras tres estemos pendientes del tema.

-- Comprendo... creo que será mejor que vaya a mi departamento...

-- Ni lo pienses -- Misty le puso una muda de ropa sobre sus piernas -- vístete que vamos a salir a correr. Tienes cinco minutos.

Ambas amigas salieron de la habitación permitiendo que Dawn se cambiara, por más que ella quisiera negarse no podría hacerlo debido a dos razones. La primera, que a Misty le tenía miedo; la segunda, que su amiga era capaz de sacarla de la habitación a la fuerza, si es posible a arrastras.

Soltando un suspiro melancólico tomó la muda de ropa que era el mismo que usaba para cuando salía a ejercitarse durante esas semanas en las que su amiga hizo de entrenadora.

-- Estoy lista -- mencionó desanimada saliendo de la habitación.

-- Entonces vamos -- Misty la tomó del brazo para mirar a May -- estaremos aquí a las siete.

-- Les tendré el desayuno listo.

Un pequeño asentimiento por parte de Misty le hizo saber que estaba agradecida por la acción antes de salir por la puerta.

Habrán sido al menos dos horas en la cual las dos amigas dieron varias vueltas alrededor de la manzana sin descanso.

-- Vamos Dawn, no te detengas -- animaba Misty corriendo delante de ella -- volvamos al mantra. "Ejercicio quiero hacer..."

-- "igual vas a envejecer" -- concluyó su amiga haciendo que Misty se detuviera y volteara a verla.

-- Tú realmente no estás de humor.