Papá solía contarme una historia, todos los días, sobre su valiente y perseverante hermano, Ethan Azureblade, que de entre una familia donde todos tenían poderes, él los carecía. Y tras un sinnúmero de desgracias, finalmente pudo encontrar un poder único en él. La capacidad de arrebatarle el maná a sus contrincantes y de teleportarse a gusto. Me contaba que se convirtió en una leyenda, que logró combatir mano a mano contra Tenebrarum el Destructor, y salvó a Gaia. Eso me contó, que Ethan Azureblade se forjó desde el fondo, sacrificando todo lo que tenía por un mundo que había sido infinitamente cruel con él, y por eso ahora dependía de nosotros, los Azureblade restantes, el mantener su nombre en alto. En éstos tiempos de frágil paz, con una amenaza que ruge desde otra dimensión, probar que los Azureblade podemos vivir nuestras propias expectativas probará el más grande de los desafíos. Con el ejército del imperio y los antiguos Antimagos haciendo movidas secretas y sospechosas, no podríamos esperar que nuestras tranquilas vidas permanezcan como tal. ¿Qué poderes tan inmensurables habrán aparecido si se requiere de la atención de los mejores guerreros del país?
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