Capítulo 46: "Sutiles"

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(Narra Yuno)

Todos salimos de la casa de Derek, cada uno con distintos pensamientos sobre lo que pasó adentro. Molestia, preocupación, culpa y alivio.

—¿Yunito, estás bien? —preguntó Amelié deteniéndome, mientras pasaba su brazo sobre mis hombros.

—Mi cabeza va a explotar, chicos. —contesté con un puchero, estaba enojada, triste y jodidamente estresada.

—Jefa, sé que es tu decisión pero el Comandante tiene razón. —habló Carl en un inusual tono serio. —Ese titán bestia nos quiere asesinar a todos los Gizinos, hagamos una alianza con la Legión, o no.

—¿Y tú crees que la alianza puede salvarnos? —le preguntó Amelié molesta. 

—No digo que nos salvará. Solo digo que ellos tienen más experiencia en combate y en una guerra eso nos ayudaría. —contestó Carl.

—¿Y si todo mi escuadrón muere antes de que termine la guerra? —susurré. Carl bajó la mirada.

—Tenemos más probabilidades de morir si no nos defendemos y volvemos a vivir al Círculo. Tal vez la Muralla María si nos proteja, y el Escuadrón de Exploración también. —contestó finalmente el pelirrojo. —Además, tu también quieres seguir al lado de la Legión, ¿no es así?

Parpadeé. 

Es cierto, he pasado tanto tiempo pensando en qué sería lo mejor para el ejército que me había olvidado de preguntarme a sí misma que es lo que quería.

Lo quiero a él. La imagen de Levi llegó a mi mente.

Oh, mierda, mierda, mierda. Meneé la cabeza bruscamente ante ese pensamiento y ese sujeto. Acabamos de discutir de nuevo, no puedo mantener esos sentimientos en un momento como este.

—Lo que sea que elijas nosotros te apoyaremos. —me sonrió Amelié. Solté un suspiro y asentí.

Si estoy con Carl y Amelié... todo estará bien.

—Yuno... nos tenemos que ir al cuartel. —Fertman y Erwin aparecieron a mi lado, el Comandante tenía una mirada fría, distante. Estaba molesto, supongo que por mucho que nos necesite debe estar harto de rogar que aceptemos la alianza.

—Ordenaremos nuestras cosas y nos despediremos. ¿Nos vamos a medio día? —propuse y ellos asintieron. Erwin se alejó para ir a dar órdenes a los cadetes. Fertman se quedó de pie frente a mí. —¿Qué?

—¿Rechazarás la alianza? —preguntó fastidiado, rodé los ojos. —Escucha Yuno, se nos acaba el tiempo. ¿Qué rayos haremos nosotros solos en esta guerra? Necesitamos unirnos a ellos.

—¿Quiere volverse ciudadano de Reino, Jefe? —cuestioné alzando las cejas. —Y lanzar a la basura nuestra historia, nuestras tradiciones y creenc-

—¿Tú hablando de tradiciones? Te recuerdo que la primera tradición que violamos fue volverte Capitana a ti. —respondió de forma filosa.

Oh, vaya. Eso si dolió.

Mis labios formaron una línea recta. 

—Canciller Fertman no permitiré que le vuelva a hablar así a mi Capitana. —la voz de Amelié salió con tanto odio que por un momento creí que se lanzaría sobre él.

—Cuida tu tono Teniente Dupont, —contestó el Jefe con el mismo tono. —recuerda que yo soy tu Canciller. Tú solo eres una más de mis súbditos.

¿"Una más de mis súbditos"? ¿Eso... dijo? ¿El Canciller humilló a mi hermana? 

Fui incapaz de responder algo, quedé en shock y por el rostro de los pelirrojos supe que ellos estaban igual.

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚́𝐧 𝐲 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚𝐧𝐚 [𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora