—Levi, ¿Estas bien? —lo llamó Erwin, al ver que no comía.
—Si. —respondió intentando tomar la cuchara pero el temblor en su mano haría que ponerla en el plato fuera extremadamente ruidoso, así que optó por parase de la mesa. —No tengo hambre, saldré al patio.
Abrió la puerta y salió, los cadetes se miraron confundidos.
—¡Jefe ya le dije que no! —dijo Yuno entredientes.
—Pero Yuno yo si quiero... —se quejó el Canciller.
—¿Alguna vez me puede hacer caso?
—¡Mira quien habla! ¡Tú tampoco me haces caso, chiquilla!
—Pero eso es porque ust... ¡Levi! —exclamó la chica acercándose al pelinegro que se había mareado y se tuvo que afirmar en la pared para no caer.
—Est-estoy bien, Yuno. —respondió Levi intentando alejarse, pero Fertman que tenía un fuerte instinto paternal puso su mano sobre la frente de Levi sin permiso, ganándose una mirada molesta por parte de él.
—¡Capitán, está ardiendo! —exclamó el Canciller. —Yuno, tenemos que llevarlo a la enfermería.
—No quiero ir, estoy bien... —Levi dio unos pasos y se detuvo. —Mierda, no, no estoy bien.
Yuno puso los ojos en blanco y al final el pelinegro accedió a que lo viera un doctor, pensando únicamente en que si tuvieran una expedición pronto el no estar sano le jugaría en contra. Debido a eso caminó a regañadientes, lentamente, hasta llegar a una casa azul con el letrero de Enfermería en la puerta.
Una vez dentro el Canciller habló con el médico para que atendieran a Levi, lo recostaron en una cama y le tomaron la temperatura, marcaba 38,9°.
—Es un resfriado común. —dijo el médico sin mucho interés.
Lo taparon y le pusieron un paño frío en su frente, mientras el doctor volvía a atender a los demás pacientes, ya que consideró que a Levi se le pasaría la fiebre con el transcurso del día.
El Canciller tuvo que ir a dar la noticia de que el Capitán estaba enfermo, y que necesitaba reposo durante el día. Los de la Legión se preocuparon demasiado, pero Fertman les aseguró que estaba en buenas manos con ese doctor y que Yuno le haría compañía por un rato. Así que los demás prefirieron no molestarlo y entrenar por su cuenta.
—Levi, eres un inconsciente... ¿Por eso no te gusta la lluvia, por que te enfermas fácilmente? —preguntó la Capitana mientras remojaba otra vez el paño en agua fría.
—Esa es una de las razones. —respondió el pelinegro hundiéndose más en la cama, odiaba verse y sentirse así.
—¡Pues si sabías que te ibas a resfriar no deberías haber salido a ayudar anoche! —regañó la chica.
—Pero Carl dijo que-
—Carl es estúpido, quédate quieto. —respondió Yuno con el ceño fruncido mientras ponía la toalla fría en la frente de Levi. —Nosotros pudimos haberlo arreglado solos y así tu no te hubieras enfermado.
—Pero si no hubiese ayudado la ancianita no habría coqueteado conmigo, y eso sería triste. —respondió el pelinegro sacándole una risita a Yuno.
Al parecer la fiebre lo volvía más blando. La chica meneó la cabeza y se puso de pie.
—Bueno, descansa, yo volveré para entrenar a los chicos.
—Yuno... ¿estás enojada conmigo por lo de ayer? Se me salió. —murmuró él, Yuno se encongió de hombros.
—Bueno si me molestó, pero Levi, nosotros somos extraños y si algún día me llegas a lastimar te lo diré... Así que mientras no lo haga, no te preocupes, todo está bien. —respondió Yuno quien no se sentía capaz de regañarlo viendo el estado en el que estaba. En esos momentos probablemente un trapo sucio sería más útil que Levi.
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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚́𝐧 𝐲 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚𝐧𝐚 [𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏]
FanfictionHace 80 años la antigua Legión de Reconocimiento dio un golpe de Estado. Aquel día se perdieron muchas vidas, por lo que la Comandante Giza Fertman proclamó que la Legión dejaría el Reino y se irían al "Círculo" una pequeña ciudadela que llevaban añ...