Capítulo 59: "Carl"

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—¡Si se acercan la mato!

Con los puños apretados y los ojos hechos fuego obedecieron. Lilian volvió a mirar a Yuno con una sonrisa.

—¿Creíste que podrías matarme con tus absurdas tradiciones? Este será tu fin Ca-pi-ta-na. —susurró de forma burlona y presionó el cuchillo sobre la piel de la chica. Lo que produjo en Yuno un sentimiento de extraña paz.

—Hazlo Lilian. —contestó Yuno y la castaña frunció el ceño. —Hazlo rápido.

—¿Qué? —preguntó la otra, desconcertada. Pero los ojos de Yuno mostraban tanto dolor y tristeza que la castaña entendió que le estaba hablando en serio.

—¿Quieres matarme, verdad? Hazlo. Haz lo que yo no tengo el valor de hacerme.

Porque así era, desde que Yuno vió morir a Amelié supo que una parte de si misma se había quemado y por horrible que sonara, daría cualquier cosa por volver a ver a su pelirroja. Sentía que jamás podría superar la muerte de su hermana y que si muriera, quizás, podrían solucionarse todos los problemas.

—¿Quieres morir? —la mano de la policía comenzó a temblar. —S-se supone que tienes que rogarme por tu vida.

—Lilian a mi ya no me queda nada, ella ya no está... —murmuró Yuno con la voz temblando. —y aquí todo está peor, cuando Amelié murió mi voluntad y mi esperanza también murieron.

En la cabeza de la Capitana resonaban las palabras crueles de Karol y las de la madre de los pelirrojos. Con tan solo imaginarse lo que tendría que hacerle a su ejército para que obedecieran... el tan solo pensar en eso la agotaba, le quitaba las fuerzas. 

Por el rostro de Lilian cruzó una culpa inmensa, el silencio era sepulcral, todos contenían la respiración. No sabían si lo que les aterraba más era que la policía estuviera apunto de asesinar a Yuno, o que ella le estuviera pidiendo que lo hiciera.

—Solo queda un cuerpo aquí, así que hazlo y quítame este dolor de una puta vez.

—N-no. No tiene que ser así. ¿Por qué...? —a la mujer morena le temblaban tanto las manos que soltó el cuchillo mirando con desesperación a Yuno. —No eres como los demás dijeron...

Cuando la policía soltó el arma Levi aprovechó y en un movimiento veloz la cogió del cabello hasta tirarla al suelo, lejos de Yuno. Haciéndole una llave para que no se pudiera poner de pie. Giró el rostro violentamente para gritarle a Yuno por todas las estupideces que dijo, pero alguien se le adelantó.

—¿QUÉ MIERDA TE PASA YUNO? —Carl había avanzado hacia la chica que seguía recostada en el suelo y la tomó bruscamente del brazo haciéndola que se enderezara. —¿¡Qué mierda tienes en la cabeza!?

—Su-suéltame. —pidió en voz baja, asustada. Jamás había visto a Carl así de furioso.

—¿¡Eres estúpida acaso!? ¿¡Por qué le pediste que te matara!? —siguió gritando mientras apretaba más su agarre en el brazo de la chica sacándole un gemido ahogado. —¿Eso es lo que quieres, Yuno? ¿Morir? ¡RESPONDE, CARAJO!

Todos los miraban atónitos, incapaces de meterse en la discusión.

Los ojos de Yuno se cristalizaron y bajó la mirada.

—Perdí a mi hermana, Car...

—TAMBIÉN ERA MI HERMANA, POR LA MIERDA. —gritó y los ojos de él también se cristalizaron. —Yo también la amaba, yo también quiero que esté aquí. Fertman también, Jean y los demás también la quieren de vuelta. ¡ASÍ QUE DEJA DE SER TAN MALDITAMENTE EGOÍSTA Y DE CREER QUE ERES LA ÚNICA AQUÍ QUE SUFRE!

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚́𝐧 𝐲 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚𝐧𝐚 [𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora