𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚́𝐧 𝐲 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚𝐧𝐚 [𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏]

Capítulo 18: "Todos borrachos, parte I"

Mientras tanto en el comedor...

(Narra Yuno)

—¿Y los demás? —pregunté haciendo alusión a Erwin y Levi, los únicos que faltaban en el comedor.

—Los iré a buscar. —me respondió alegremente la mujer de lentes. 

Asentí y me senté al lado de Mikasa, me miró. Le sonreí y me sonrió.

¡Aaww, la chica más fría del universo me sonrió!

—Jefa, mira lo que te enviaron. —habló Carl sentándose a mi lado, me entregó una bolsa blanca de género, la abrí y dentro de ella habían muchos alfajores.

Lancé un gritito de felicidad y salté en mi misma posición.

—¿Qué te pasó? —preguntó Mikasa quien había pegado un salto al escuchar mi alegría.

—Lo que paaaasa, es que estos alfajores artesanales son mis favoritos. —sonreí sacando uno de la bolsa y poniéndolo en mi boca.

Cogí otro y se lo estampé en la boca a Mikasa, estuvo a punto de escupirlo, pero supongo que sintió el sabor a chocolate porque lo siguió comiendo con una cara llena de satisfacción.

—¿Los hizo mamá? —Amelié se apoyó en la espalda de su hermano. Carl asintió.

La señora Ester, madre de mis pelirrojos, siempre me invitaba a cenar con ellos para las festividades y cumpleaños de la familia, y yo terminaba arrasando con todos los alfajores. Supongo que eso le dio a entender que eran mis favoritos.

(...)
[Narrador omnisciente]

Luego de unos minutos ya estaban todos en el living-cocina, Amelié fue la encargada de repartir la comida en diferentes platos mientras que Carl se ofreció a servir los vasos y entregarlos a cada uno.

Pues él sabía como era el alcohol de Giza, se podían servir solo tres rondas y él se quería encargar en primera persona de que todos se fueran poniendo a tono a la vez.

Cuando ya todos estaba con sus vasos se sentaron cómodamente a disfrutar de la pequeña celebración.

PRIMERA RONDA DE VASOS

En uno de los sofás estaban Erwin, Hange y Fertman bebiendo y hablando animadamente.

—¡ES QUE SEÑOR FERTMAN! —gritó la morena bajo la mirada divertida de los dos hombres. —¡Los titanes son GE-NIA-LES! No se trata solo de un enemigo que matar, sino de un enemigo al cual ¡ES-TU-DIAR! 

Aquella mujer era el vivo reflejo de Zara, la amiga de la infancia del Canciller, solo que un poco más alegre y más gritona, por supuesto. 

En el otro sofá estaban Armin y Jean conversando tranquilamente, levemente sonrojados.

—Cuéntame de nuevo como es ese mar al que quieres ir. —pidió el morocho.

—Jeaan —se quejó Armin riendo. —Te he contado la historia millones de veces.

—Pero quiero oírla de nuevo. —respondió con un puchero, finalmente el rubio accedió.

La mirada de Yuno estaba fija en ellos, quien los shipeaba apasionadamente. En la semana que llevaba en el cuartel se había hecho bastante cercana al rubio, y un día lo interceptó de forma bastante directa.

[Flashback]

Armin estaba sentado en el pasto, bajo un árbol, dibujando líneas en un mapa.