𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚́𝐧 𝐲 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚𝐧𝐚 [𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏]

Capítulo 68: "Por la verdad"

Después de una patada que Hange apenas alcanzó a esquivar, ambos entraron. Los soldados ya habían terminado el aseo así que algunos estaban descansando en los sofás, otros se probaban sus nuevos uniformes y Sasha con Carl ponían la mesa para la cena que estaría lista en minutos.

—Oi mocoso, ¿has visto a Saya?

—Capitán preferiría que me llamara Carl. —murmuró con una sonrisa burlona. —Y la Jefa subió a probarse su nuevo uniforme.

Los ojos de Levi brillaron por un segundo, Carl alzó las cejas sorprendido pero la cara del Capitán volvió a ser de seriedad absoluta al darse cuento que lo habían descubierto.

—Esperaré a que baje. 

—Oh, vamos Capitán. De seguro la Jefa tiene problemas para ponerse su nuevo uniforme... —murmuró Carl y luego alzó una ceja. —o para sacárselo. 

—Te voy a romper un brazo mocoso de mierd-

—¿Disculpe, Capitán Levi? —un chico de cabello castaño rojizo se le acercó. El pelinegro lo miró. —Yo ehm, soy Floch, mucho gusto. La Capitana me pidió que le avisara que ya encontró los papeles que le pidió.

Levi frunció el ceño y Carl soltó una carcajada ante la ridícula excusa de Saya.

—Si Capitán, vaya~ los papeles lo esperan. —se burló el pelirrojo ganándose una mirada de reproche y un dedo acusador que le decía te mataré en cualquier momento.

Levi pasó por el lado de ambos chicos y subió la escalera maldiciendo mentalmente a Saya por mandar a uno de sus soldados a buscarlo. Giró en el pasillo y llegó a la puerta con el cartel Capitana Saya Ackerman. Al ver la puerta entreabierta se asomó con cuidado.

—¿Mocosa est-

Al verlo ahí Saya se puso de pie de un salto y dejó las manos tras de sí para mostrarle a Levi su nuevo uniforme, un pantalón blanco con botas marrones y una pequeño trozo de cuero que rodeaba sus caderas. Tenía puesta una camiseta gris y la chaqueta café de la Legión de Reconocimiento con las alas de la libertad en su brazo y espalda. La chica se dio una vuelta rápida y le sonrió.

—¿Qué te parece? —preguntó ella con una sonrisita. Levi la miró de arriba a abajo y carraspeó.

—No está mal.

—¿Entonces me queda bien? —el Capitán la miró de nuevo y luego evitó su mirada. 

¿Mierda, estoy nervioso?- se preguntó desconcertado.

—No lo sé, Saya.

—Vamos, Levi. Dime algo.

—Te queda... ¿normal? —murmuró y la mandíbula de Saya casi llegó al suelo.

—Argh, no eres de ayuda. Mejor le iré a preguntar a Erwin. —contestó ella cruzándose de brazos y Levi alzó las cejas.

—Ni se te ocurra, —contestó y avanzó hasta dejarla acorralada entre el escritorio y él. —Estás preciosa. 

Las mejillas de la chica se encendieron de inmediato y soltó una risita mientras se cubrió el rostro con una mano y con la otra le daba suaves golpecitos en el pecho a Levi. 

—Eres un idiota, siempre sales con tres cosas crueles y luego una buena que hace explotar todo. No me digas esas cosas, tú no eres así. 

—¿Mmh? Pensé que podía serlo contigo. —respondió él retrocediendo un paso. Le costaba demasiado expresar sus sentimientos y realmente hacía un esfuerzo por ella.