Capítulo 53: "Dolor, rabia y decisión"

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Mi pecho dio un vuelvo, dejé de respirar, ya no veía nada, ya no sentía.

Le rompí el corazón y ahora ella estaba muerta.

Ahora yo estaba sola, mi brújula estaba rota. Carl deslizó su mano hasta mi mejilla.

—Ella te amaba más que a nadie en el mundo. Supongo que su tesoro más preciado te pertenece a ti también.

Tomé el arco entre mis dedos, lo tomé con delicadeza, miré cada detalle que tenía y me dejé caer en el pecho de Carl.

Yo le hice daño, yo la herí y ahora... No, no, no.

—¿Me odias por lo que le hice? —susurré mientras él pasaba sus dedos sobre mi cabello.

—Jamás podría odiarte. Y tú no le hiciste nada malo, Yuno. Al contrario, la hiciste la persona más feliz del mundo, siempre que estaba contigo sonreía y... —su voz se quebró sentí como gotitas caían en mi cabeza. —Y yo no pude salvarla. No pude salvara a mi hermana.

Tomé con una mano el arco y con la otra rodeé su cuerpo para abrazarlo. No sentíamos nada más que dolor. Y ahí nos quedamos, en el suelo abrazados llorábamos, luego nos calmábamos y volvíamos a llorar. Pero la realidad era que éramos incapaces de levantarnos nos dolía el alma, gemidos, sollozos, maldiciones, lágrimas. Así pasaron las horas, una tras otra y a pesar de haber llegado al cuartel a medio día, no nos dimos cuenta de la rapidez del tiempo pues ya estaba anocheciendo. Nadie nos había interrumpido, nos habían dado nuestro espacio.

Cuando ya se estaba ocultando el sol me separé de Carl para mirarlo a los ojos, los tenía rojos e hinchados, supuse que los míos estaban igual. Me pasé las manos por las mejillas y me levanté estirando una mano hacia él. La tomó con cuidado y quedó de pie frente a mí.

Ya no me importa que decisión tomar, ya no sé que está bien o mal.

—Carl, dejaré que tu elijas. —dije mirándolo fijamente. —Elije que es lo que quieres y yo lo haré.

Sus ojos verdes me miraron transmitiéndome esa impotencia que sentía y dejó salir la palabra que definiría nuestro futuro.

—Venganza. —apretó los dientes. —Quiero que todos nuestros enemigos mueran.

Asentí.

—Haré todo por conseguir nuestra meta, Carl. Todo lo que sea necesario, lo prometo.

Mantuvimos la mirada, ese sería nuestro pacto, nuestra promesa y nuestro futuro. Nos volteamos y caminamos hacia el cuartel. Abrí la puerta, no había ninguno de los cadetes, supuse que estaban en sus cuartos. En la mesa estaban Fertman, Erwin y Levi.

Carl pasó por mi lado, siguió caminando y entró al cuarto de los chicos, debe estar cansado. Espero que duerma mucho, mucho, mucho para que al menos dormido no sienta tanto dolor.

Miré a Fertman.

—¿Kimihiro?

—La cadete Ackerman trajo a Zara a tiempo, evitando que el soldado se desangrara. —contestó el Canciller. —Hange, Karol y Zara lo están cuidando en la habitación.

Aún así perdió su pierna y no sabemos si podrá volver a usar el brazo. Pero al menos está vivo.

Asentí, corrí la silla y me senté al lado de Fertman, frente a mi estaba Levi y su lado, Erwin.

—Yuno... —Erwin me miró con cuidado. —Lamento mucho tu pérdida.

Lo miré fijamente, Por tu culpa estamos aquí, pero gracias a ti sobrevivimos a lo que pasó en el Círculo. Supongo que estos sentimientos son los que tendré hacia Erwin para siempre, rabia y gratitud.

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚́𝐧 𝐲 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚𝐧𝐚 [𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora