Capítulo 75: "Himno, decadencia y humanidad"

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(...)

—Ay, —murmuró Eren mientras salía al aire libre junto a Armin y Mikasa. —no debería decirlo yo, pero podrían tratarme un poco mejor.

—Como te sanas pronto le resté importancia contestó Armin.

Shh, shh. —Saya se separó de Levi y apoyó una mano en cada boca. Ambos había ido afuera por petición de la chica que dijo que debían conversar algo importante, cuando en realidad era solo para besar al Capitán sin que nadie los viera. A pesar de la primera mirada de reproche que le dio el azabache, él se quedó con ella, pero ahora había llegado más gente.
Por suerte desde donde estaban no los verían.

Para la sorpresa del Capitán y la Capitana los tres pequeños comenzaron a tener una conversación demasiado nostálgica. Saya se sentó con cuidado en el suelo para ponerles atención y Levi hizo lo mismo.

—Cuando recuperemos el distrito de Shiganshina y derrotemos a todos los enemigos, ¿volveremos a aquellos días? —preguntó Mikasa.

—Los recuperaremos, —contestó Eren. —Pero no regresará todo... Tendrán que pagar por eso.

—Pero eso no es todo, —murmuró Armin. —también está el mar.

Saya sonrió ante el inocente sueño del pequeño rubio y miró a Levi quien tenía la vista clavada en el suelo escuchando con atención.

—Bien... habrá que comprobarlo. —murmuró Eren.

—¡Es una promesa! ¡Iremos! ¡Exploraremos el exterior!

—Ya vuelven a hablar de esas cosas suyas. —murmuró Mikasa.

Saya miró a Levi quien no levantaba la vista, ella también lo entendía. Esos tres eran unos pequeños niños llenos de sueños.
Mientras que lo mas obvio es que nos esperará un infierno en Shiganshina. -pensaba Saya.

La chica entrelazó sus dedos con los del Capitán para que la mirara.

—Volvamos adentro. —murmuró. Levi asintió levemente y dejaron a los chicos atrás.

—¿Chicooos, dónde andaban? —preguntó Hange subiendo y bajando las cejas al ver entrar a Levi y Saya.

—Esta idiota ya se emborrachó. —murmuró Levi mirando a la mujer de lentes. Mientras se sentaba al lado de Moblit.

—Ca...pi...ta...na... —habló lentamente Alice pasándole un brazo por encima de los hombros a Saya, quien alzó una ceja divertida ante su alcoholizada subordinada. —Hagamos ka-ra-o-ke. 

—¡YO TAMBIÉN QUIERO! —gritó Hange poniéndose de pie de un salto.

—Mientras más seamos mejor, ¿verdad Je-fa? —murmuró Carl soltando un hipido mientras le estiraba un vaso a Saya. La pelinegra lo aceptó y se lo bebió de golpe.

—¡ESO, LA PUTA MADRE! ¡ESA ES NUESTRA CAPITANA! —celebró Alice dando saltitos. Desde la otra esquina Kimihiro tenía una pequeña sonrisa en los labios mientras Karol simplemente suspiraba al ver la decadencia del ejército.

—¡Que Anton traiga su jodida guitarra! —gritó Saya tomando del brazo a Hange para que fueran a la mesa del centro que estaba desocupada. —¡Que vamos a celebraaaar!

Levi y Moblit miraban un poco desconcertados a las dos mujeres y a los integrantes del Ejército Gizino que parecían vivir el día más feliz de sus vidas.

—En serio son unos alcohólicos. —murmuró el azabache, el castaño a su lado asintió.

En menos de diez minutos Saya y Hange se habían bebido tres vasos cada una. Estaban sonrojadas y cantando sobre la mesa del centro. Moblit se había intentado poner de pie para bajarlas pero Levi lo tomó del codo.

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚́𝐧 𝐲 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚𝐧𝐚 [𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora