Capítulo 24: "Yuno, a mi despacho"

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Miré atónita la horrenda imagen que estaba pasando a metros de mi. La sangre de esos policías había saltado a mi cuerpo y rostro.
Pero ¿por qué? si se supone que ese titan debe ser controlado por alguien de la milicia.

¿Entonces el titan los pisó porque ellos perdieron la conciencia y ya no estaba siendo controlado?
¿O los pisó porque es controlado por alguien más que no quería que nos lleváramos a estos dos y los interrogáramos?

Me puse de pie alarmada, probablemente ahora el titan si me quiera comer.

Me alcé con mi equipo tridimensional y me alejé a toda velocidad de él, encontrándome con Carl, Amelié y los de la Legión que estaban cabalgando en mi dirección.

—¿¡Yunito, estás bien!? —me preguntó la pelirroja alarmada, bajando de su caballo para acercarse a mi.

Asentí y apunté detrás mío.

—Vienen más titanes. —dije con la respiración entrecortada. Aún estaba en shock por lo que había pasado.

—Capitana, —habló Erwin en tono de advertencia. —no siguió el plan.

—Si, lo siento. —respondí sin más, mi mente estaba en blanco.

Recibí una mirada de odio por parte de Levi, mientras que Erwin me miraba ¿decepcionado?

—Comandante ¿nos retiramos? —preguntó Sasha intentando aligerar el ambiente.

—Sí. —contestó Erwin, girando su caballo.

Subí al mío que había sido traído por Carl, y comenzamos a cabalgar para salir del bosque.

Íbamos a toda velocidad, y no llevábamos formación, solo los de la Legión iban adelante y nosotros, los Gizinos, atrás.

Miré hacia a la espesura del bosque, venía un titan anormal a toda velocidad y otros cuatro normales lo seguían.

Tengo que detenerlos, a esta velocidad nos alcanzarán a todos.

Miré a Carl y Amelié, Bien, no están heridos.

—¡Tenientes! —los llamé, ellos me miraron.

—¡Yuno no lo hagas! —gritó Levi desde adelante. De seguro ya sabía lo que estaba pensando.

—Vienen cinco titanes que están a punto de alcanzarnos, —dije, mirando a los pelirrojos. —¡tenemos que detenerlos!

—¡A la orden! —respondieron tras darse una mirada cómplice.

Y saltaron desde los caballos incrustando las cuerdas de acero en los árboles. Hice lo mismo, Carl y yo quedamos en la misma rama, Amelié en la del frente.

Bajé la mirada viendo como los de la Legión se alejaban, probablemente después me quieran cortar la cabeza.

—Jefa, cuando lleguemos al cuartel el Comandante te va a matar. —se burló el pelirrojo poniendo su mano en mi hombro.

—Lo sé, lo sé. —respondí llevándome las manos a las caderas.

Me espera una paliza verbal.

-Tsss

—Oh, shit. —miré hacia mis piernas, olvidé cambiar mi equipo antes de saltar.

—¿Qué pasa? —preguntó Carl mirándome.

—Cuando caí mis tubos de gas se rompieron, —murmuré y apunté el objeto. —Me debe quedar con suerte para dos saltos. —suspiré cruzándome de brazos.

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚́𝐧 𝐲 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐚𝐧𝐚 [𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora