Nina se quedo callada bastante tiempo, sintiendo que la respuesta de Jasón había sido un claro rechazo hacia ella, pero tras pensarlo decidió que no tenía ningún derecho a sentirse defraudada. Ella tampoco tenía porque avergonzarse de su bebe.
-quiero decir...- hablo después de un rato en que Jasón creyó que ya no diría más-. Para mi... ser madre ha sido difícil, pero también maravilloso. No tengo el valor de decir que mi vida es mejor siendo madre, pero puedo decir que casi todos los momentos más felices de mi vida han sido siendo madre. Yo...no sé cómo expresarlo pero, si pudiese volver al pasado y cambiar esa parte de mi vida- le costó difícil continuar hablando ya que era el padre de su bebe quien estaba con ella- aun lo viviría todo de nuevo-. Explico y comenzó a levantarse- ¿puedo marcharme?- pregunto, ellos no eran amantes, ella era su prostituta y nada más, si Jasón quería hacerlo de nuevo ella se tenía que quedar. Después de todo el le había advertido que no la dejaría marchar, pero aun así esperaba que la dejara hacerlo.
-Nina...
Jasón se extraño ante la repentina actitud distante y se preocupo, estaba intentando descubrir que podría haber ocasionado el cambio cuando de golpe, recordó la existencia del hijo de Nina y casi se da de topes contra la pared.
¡Carajo!
Jamás lo había visto, así que lo olvido por completo en esos instantes. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! El acababa de decirle que no quería hijos en ese momento ¿como podía ser tan estúpido? No iba a lograr nada con Nina rechazando a su hijo, era la segunda vez que la calentura lo hacía meter la pata. Tomo la mano de la chica y le beso el dorso haciendo tiempo, pensando en algo inteligente que decir que arruinara la metida de pata que acababa de cometer.
-¿cuando me presentaras a tu hijo?- pregunto después de pensarlo mucho, ya había cometido el error, cualquier cosa que dijera ahora sonaría hipócrita. Era mejor si tomaba el camino práctico y se ganaba al niño primero. Teniendo ese camino dominado estaba seguro de poder obtener a la madre.
-¿mi hijo?- Nina se tenso-. Jasón el no es parte de este trato-rechazo protectora, por instinto.
- No pretendo que sea parte de nada, solo quiero conocerlo... ¿se parece a ti? Si es así, debe ser un niño precioso... - sus palabras le sonaron ridículas a sus propios oídos pero estaba enamorado y ahora podía estar seguro que estar enamorado se comía el 90% de tus neuronas. Estaba nervioso, temeroso y ansioso por recuperar el camino perdido.
Nina se quedo callada dos segundos, pensando en la situación en la que se encontraban y recordó que ya había tomado la decisión de decirle la verdad a Jasón, no podía seguir postergándolo. Si Jasón deseaba rechazarlos a ambos estaba bien, mejor temprano que tarde.
-¿Qué tal...después de la subasta? – pregunto apretando la sabana con la que se cubría el cuerpo.
-¿En serio?- Jasón sintió que volvía al juego con esa respuesta- me encanta la idea ¿como se llama? Espera, Kyros le llamo Andreas ¿Cierto? ¿Qué edad tiene? Quisiera comprarle un regalo ¿qué cosas le gustan?- pregunto intentando mostrarle que era un tema que le importaba.
Nina vio la emoción visible en su pareja y bajo la mirada con sus sentimientos hechos un lio.
-¿está bien si te digo después de la subasta?- pregunto bajo, ya no se sentía con ánimos de seguir viviendo una fantasía como al principio, en que quiso disfrutar de Jasón al menos hasta ese día, pero aun estaba asustada y necesitaba tiempo para prepararse para la verdad.
-está bien- ya que tenía la oportunidad no siguió presionando.
El ambiente se había arruinado por completo así que Jasón termino por aceptar llevarla de vuelta a casa e intento ser lo más atento y dulce posible, había trabajado mucho para qué callera en sus brazos, había avanzado mucho en su relación y lo había arruinado todo al final por un estúpido descuido.
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El Contrato
General FictionNina está desesperada. Nina no sabe a quién recurrir. Nina lo daría todo por ayuda y Jasón lo sabe.