La ambición de la marquesa

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Jasón cerró la puerta de la habitación infantil y su rostro de repente tomo la expresión de haber recordado algo, sacó un sobre del bolsillo interior de su sacó y lo tendió a Nina con una sonrisa.

-toma, es la parte que faltaba - le entregó un cheque con la cantidad que faltaba y Nina lo tomo con manos ligeramente temblorosas. Ese cheque era el final completo de todas sus deudas. La chica bajo la cabeza y agradeció profundamente a al hombre frente a ella.

Jasón no lo demostró pero el gesto de Nina lo dejo bastante nervioso e incómodo...Dios ¡el sólo se estaba aprovechando de la situación para tenerla a su lado! ¿Por qué estaba ella tan agradecida? ¡Lo hacia sentir culpable!

-gracias Jasón - esclamo y la voz casi se le quebró. Jasón pensó que Nina estaría resentida con el ese día, así que quería mostrarle que estar con él no sería tan malo...no había esperado verla tan agradecida, tímida o llorosa la mayor parte del tiempo. El se sentía como un gran estafador.

- no estoy dándote nada gratis Nina. No seas tan agradecida - murmuró - no tengo como comunicarme contigo. Dame tu número -. Cambio de tema rápidamente.

Nina se sonrojo.

-No tengo teléfono - su edificio tenía un número al que llamaban para emergencias del trabajo o de la escuela de Andreas. Ella no había tenido la oportunidad ni la disposición de comprarse un teléfono celular, ella siempre estaba en el trabajo o en casa, no era difícil comunicarse con ella si había una emergencia. Jasón sonrió de la nada.

Nina sabía que Jasón no tenía tacto en el pasado y a menudo se burlaba de ella. Estaba esperando que dijera algún comentario sobre el asunto pero no sucedió.

-Perfecto, ven a buscarme mañana a las cuatro. Iremos a comprarte un celular - ordenó y Nina dio un paso atrás negando.

- no es necesario Jasón, yo...yo compraré uno por mí misma no te preocupes.

Jasón dio un paso al frente y con un gesto fluido rodeo la cintura de la chica en uno de sus brazos y atrajo su cuerpo al suyo con suavidad.

-¿No lo dije antes babydoll? Me encanta comprarte cosas- le hablo muy cerca del rostro haciendo que Nina se pusiera tensa y nerviosa. Su rostro entero se iluminó como un árbol de navidad-. Se una buena chica y sólo dice que si a todo lo que te quiera dar ¿ok?- pregunto y Nina asintió con un gesto avergonzado. Con ambas manos en el pecho ajeno como si quisiera poner espacio entre ambos.

-ok...iré mañana- murmuró y Jasón comenzó a caminar haciéndola retroceder hasta que la espada de Nina se topó con la pared.

-eso está mejor...-sonrió y tras observarla en silencio unos segundos, su boca busco suavemente la ajena. Nina se tenso pero su corazón se disparó en su pecho como loco. Los labios le temblaban cuando los entre abrio y sus ojos se cerraron al sentir el calor sobre su piel, el cálido aliento acariciando sus labios y finalmente cedió por completo.

Jason abrazo el delgado cuerpo ajeno. La ropa era demasiado grande para ella, uno solo de sus brazos podía rodear por completo su cintura, ah... tan frágil.

Ambos se perdieron entre besos suaves, cariñosos y necesitados. Como si se dijeran con ellos lo mucho que se habían extrañado. El tiempo paso lento y cuando cuando se separaron los labios de ambos estaban un poco rojos y la timidez del primer amor les hizo incapaces de decir nada coherente por algunos segundos.

-¿puedo...puedo tomar algo de ropa?- finalmente Nina rompió el silencio y al hacerlo sus mejillas se tornaron aun más rojas que antes.

Jason estaba pensando que podría decirle. Como acercarse a ella cuando la pregunta lo dejo perdido sin saber de que hablaba.

El ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora