Nina le explico tímidamente a Maya que pasaría la noche fuera y esta no le hizo la vida difícil, le aseguro que le daría de cenar a los niños y los mandaría a la cama. No era la primera vez que tenía que hacerlo, aunque antes era normalmente por que el dinero de la sastrería no era suficiente y Nina tenia que tomar turnos nocturnos en establecimientos de 24 hrs.
Para Nina darse un baño, secar el cabello y poner algo de BBcreme en el rostro fue rápido, no sintió que debiera maquillarse. Y aunque las razones para hacerlo fueron más bien practicas, lo cierto es que a pesar de ser madre de un pequeño de 4 años y haber madurado antes de tiempo ella apenas y tenía 23 años, aun era muy joven y no era necesario el maquillaje para ser naturalmente bella.
Si algo llevo un poco más de tiempo fue escoger la ropa interior adecuada, había comprado mucha lencería, se había sentido una completa derrochadora pero en esos instantes lo agradecía. Apenas y logro ponerse algo de bálsamo labial antes de que su celular sonara y Jason le avisara que estaba esperando abajo.
Cuando salió del elevador al estacionamiento sonrió nerviosa al ver a Jason apoyado en el coche esperando y de alguna forma sintió que el también lo estaba.
-luces muy linda- la saludo abriéndole la puerta, el alago fue algo infantil y su actitud torpe. Nina nunca lo había visto así...bueno quizá si, aquella primera noche, ambos estaban muy nerviosos.
-gracias- entro al auto y espero a que el entrara y el chofer arrancara el auto antes de intentar iniciar una conversación- ¿que...que vamos a cenar?- pregunto jugando con su pequeño bolso. Aquella situación era tan increíble... hacia apenas unas semanas solo podía preocuparse por el dinero, al punto de que Antonio le regalaba las verduras dañadas de su tienda para que ahorrara algo en comida. Los primeros días después de comenzar aquel trato con Jason su hijo incluso le había preguntado por qué los tomates estaban tan bonitos. Se sentía cada día más culpable por privar de su pequeño de una vida cómoda.
Esa noche iba a ser egoísta, iba a tomar esos pocos días para ella.
"Bebé, perdona a mamá, déjame tener a tu padre solo un poco mas y después te lo entregare, lo prometo"
-pedí un pizza antes de salir, deberían estar en recepción para cuando lleguemos- ajeno a los pensamientos de Nina, Jason estaba casi eufórico. Era la primera vez que Nina lo buscaba por cuenta propia, su visión de aquel trato había sido recuperar su corazón poco a poco y hacer aquello real antes de que se diera cuenta, pero jamás pensó que las cosas progresaran tan bien. Extendió una mano y tomo una de Nina acariciando sus dedos con el pulgar. No dijo más pero su gesto cariñoso y suave estrujo el corazón de Nina llenándolo de felicidad.
-me gustan la pizza- Nina murmuro.
-lo recuerdo- Jason apretó su mano en la suya, el había comprado pizza en el cumpleaños 18 de Nina, habían pasado la tarde juntos y también la había casi besado por primera vez, aunque solo había terminado en un beso casto muy cerca de sus labios ese fue el día en que su relación cambio y lo que llevo a que días después hicieran el amor en la oficina vacía... el día que la perdió.
-¿doble queso?- la voz de Nina saco a Jason de sus recuerdos y parpadeo viéndola de reojo casi un segundo entero.
-perdona ¿qué dices?- sonrió nervioso, y Nina lo atribuyo a la situación actual.
-que si la pizza tiene doble queso- pregunto algo tímida y Jason soltó una risita llevando la mano ajena a sus labios y depositando un beso en sus nudillos.
-desde luego que si, justo como le gusta a mi pequeña Nina- no importaba el pasado ya, solo el presente, solo que la había recuperado y era suya, solo que esta vez no la dejaría ir jamás. Se inclino hacia la chica y la abrazo por la cintura con un beso para acercarla y besarla. Sentía que era la primera vez que realmente podía sostenerla en sus brazos. Aunque al principio solo quería que fuese un beso dulce ciertamente se sintió incapaz de parar una vez que comenzó.
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El Contrato
General FictionNina está desesperada. Nina no sabe a quién recurrir. Nina lo daría todo por ayuda y Jasón lo sabe.