El Contrato

El Rey presume su botín

El día siguiente a su primera reunión con Jasón, Nina estaba recostada en el sillón de Maya después de llevar a su pequeño a la escuela. Aun no le había dicho al niño que iban a mudarse y sinceramente no sabía bien cómo iba a decírselo. Estaba también preocupada porque su niño se acostumbrara demasiado a la vida cómoda y después de ese año fuese demasiado difícil para el regresar a su estilo de vida habitual. 

Después de mucho meditarlo Nina había tomado la decisión de confesarle a Jasón que tenía un hijo…solo…solo que no sería pronto. Ella necesitaba encontrar el momento y la forma de hablarlo con él. Ella definitivamente no iba a renunciar a su bebe.

-Sigues pensando en cómo le vas a decir a Jasón sobre Andreas?- Maya pregunto sentada a su lado. Acomodando un poco la mascarilla de tela que tenía sobre el rostro de Nina-. No lo pienses tanto, ¿porque no puedes ser solo una chica normal y disfrutar de lo bueno que viene con este asunto? Tienen un contrato si, quizá vayan a terminar en la cama, claro. Pero ¿y qué? ¡A ti te encanta el sujeto! Es casi como que te estas aprovechando de él. Es...- se lo pensó- ¡como si me pagaran por ir de compras!- la regaño y Nina suspiro. 

-no quiero que me quiten a mi bebe maya…es difícil disfrutar de cualquier cosa así-. Suspiro. 

-seamos sinceros. Ponte la mano en el corazón ¿crees que Jasón sería capaz de quitarte a tu bebe?- pregunto seria y Nina tuvo que admitir que a ella no le parecía ese tipo de persona. Si así fuera ella no se habría enamorado de el en primer lugar. 

-¿lo ves? Así que relájate. Ahora ustedes se están acercando de nuevo. Quizá no termine en boa pero creo que al menos pueden terminar en los suficientes buenos términos como para que puedan compartir la custodia tranquilamente. Nina suspiro y la miro.

-¿en verdad crees eso?- maya era diez años mayor que ella aunque no lo pareciera en su cara de bebe, pero aún le daba a Nina aquella sensación de confianza y seguridad.

-por supuesto-. Le aseguro sin más, en ese momento el cronometro de su celular comenzó a sonar- listo el tiempo se acabó-. Cambio de tema quitando la mascarilla de tela que tenía sobre el rostro ajeno- listo, mira que linda luce tu piel. Nina tienes que comenzar a cuidar ese precioso rostro con el que naciste. Una mascarilla puede hacer que tu piel se vea bien por un día pero a largo plazo no funciona. Cuando estés libre vamos a ir de compras ok?- pregunto aunque más bien sonó a amenaza. Aunque Nina sintió claramente su dulzura y asintió. 

-está bien- cedió, en realidad a ella le gustaba la idea, hace mucho que no le importaba como se veía pero…pero de repente tenia estas indescriptibles ganas de ser bonita…

-claro que sí y también vamos a darle algo de forma a tu cabello, niña ahora eres una dama del ocio así que no hay excusas para seguir descuidándote ¿ok?- la señalo y Nina asintió. Maya lucia tan hermosa y joven no por nada, ella se tomaba muy en serio su apariencia. Por suerte Nina era muy joven, apenas y había entrado en la veintena así que su piel era lisa y hermosa. Había algunas pecas de sol en sus mejillas pero nada que una buena crema aclarante y quitamanchas no arreglara en un par de semanas. Maya observo atentamente la carita de Nina y suspiro tomando sus mejillas en sus dedos- Maldición ¿por qué eres tan bonita?- pregunto con celos fingidos- tu haz todo lo que te digo Nina, un mes en mis manos y veremos si Jasón Lakis no besa el suelo que pisas- y ella en verdad lo creía. Nina con su ropa grande y su piel descuidada, sin mota de maquillaje y con el cansancio y los estragos del trabajo sobre ella ya era una muchacha hermosa, ella quería ver si Jasón podría siquiera pensar en desprenderse de ella después de que acabara con ella. 

Nina se rio de buena gana sabiendo que a Maya le encantaba exagerar.

-entonces estoy en tus manos – acepto, no es que pensara que podía amarrar a Jasón con todo aquello pero…ella…ella de verdad quería volver a sentirse bonita.