Sangre Compartida

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Después de que estuvieron seguros de que Nina estaba bien y solo debían dejarla descansar, Jasón le pidió a los padres de la chica que se retiraran, enterarse de tantas cosas seguramente había sido difícil de digerir, el los llamaría cuando ella se sintiera preparada para verlos.

Jasón estuvo tan ocupado preocupándose por su futura esposa que no pensó en ningún momento en la prensa, solo hasta que al día siguiente vio los titulares frunció el ceño preguntándose si esa gente de verdad creía que era un padre de felpa fácil de golpear. ¿Cómo se habían atrevido a publicar todos aquellos titulares sin su autorización?

Se sintió mortificado ante la dañina atención que su pequeño iba a despertar, nunca había estado en sus planes mantenerlo en secreto pero eso fue antes de que la identidad de sus abuelos se rebelara. Por ahora quizá seria mejor mantener su rostro en secreto hasta que se acostumbrara a la vigilancia.

Observo su teléfono, sus padres debían estar durmiendo aun, no habían ido a ver a Nina por que estaban cuidando al niño y no habían querido decirle que su madre se había desmayado. Jasón tomo la decisión rápida de llamar a Víctor, apenas y el teléfono dio un tono antes de recibir respuesta.

-buenos días, Jasón ¿en qué puedo ayudarte?- respondió de inmediato, se escuchaba el sonido de un teclado así que probablemente ya se encontraba en la oficina trabajando.

-necesito que reorganices la seguridad de mi esposa y nuestro hijo- había colocado una pero desde luego nada tan exagerado como para ser invasivo- ponte en contacto con Alexei Bucatti, se que tiene un equipo de vigilancia sobre ellos también, es mejor si se mantienen en contacto y no se entorpecen el uno al otro.

-entiendo, tendré el plan listo para el medio día, te lo llevare. Envía un chofer por mí cerca de la hora de la comida- contesto tranquilamente.

Jasón se separo del teléfono y vio el aparato mientras levantaba una ceja, ese hombre de verdad no tenía la más mínima vergüenza.

-¿asumo que tienes un chofer en mente?- rodo los ojos, aquellos dos daban tantas vueltas el uno al otro que mareaban, pero él no tenía valor moral para juzgarlos.

-asumes bien. Que me llame cuando este aquí.

Intercambiaron un par más de palabras y después colgaron.

Jasón aun estaba pensando en cómo proceder respecto a la prensa cuando noto movimiento en la cama y automáticamente se olvido de todo.

Nina despertó lentamente, como si le costara salir del sueño, estaba algo confundida, sentía que había estado soñando algo muy real aunque no podía recordar bien que era y por un segundo no supo quien era o donde estaba, solo al ver el rostro preocupado de Jasón las cosas se acomodaron lentamente en su cabeza.

-Jasón- sintió la garganta seca y antes de poder quejarse Jasón le paso un vaso de agua- gracias.

-¿cómo te sientes? Nos preocupaste bastante- le hablo con tono suave tomando el vaso vacio de vuelta en sus manos.

-estoy bien, solo me siento cansada- se llevo una mano a la cabeza- también... soñé algo tan extraño- suspiro, también vergonzoso, recordaba vagamente haber soñado con tener padres que la encontraban de la nada, padres poderosos para colmo. ¿Qué decía eso de ella?

-¿qué fue eso?

-nada no es nada- era vergonzoso solo recordarlo.

-¿recuerdas lo que paso anoche? ¿Sobre Ariana y el colgante?

Nina se quedo quieta y se sonrojo de golpe, sonrió levemente y busco los ojos ajenos.

-lo recuerdo- hacia cinco años Jasón había mandado a hacer aquello para ella, solo pensarlo le inundaba el pecho de felicidad y emoción.

El ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora