Maya miro con el seño fruncido a su ex parado frente a ella.
-Esto es ridículo- exclamo apretando las manos entrelazadas en su regazo, intentaba no perder la calma pero le era difícil en esa situación. Habían pasado ya dos horas desde que no le habían permitido marcharse.
Mario quiso que comiera con el pero se negó, pensó que su actitud le había hecho ver lo ridícula que era aquella situación cuando la escolto hasta una limusina. Su ex siempre era especialmente complaciente después de verla de verdad molesta así que atribuyo su actitud dócil a ello y subió el auto. Solo noto que había sido un error cuando no reconoció la ruta por la que iban. Tardaron dos horas en llegar hasta el lugar en el que estaban.
Era una hermosa mansión y aunque no quería notarlo reconoció todo lo que habían planeado para su hogar antes de casarse.
-Esto es secuestro no importa lo bonita que sea la jaula- miro directamente al hombre que serbia una taza de té en esos momentos.
-secuestraste a mi hijo y a mi esposa hace 12 años, solo estoy siguiendo tus enseñanzas cariño- respondió sin indicios de rencor en su voz- termine de construir nuestra casa casi al mismo tiempo que te fuiste, nunca pensé que tardaría 12 años antes de que su dueña estuviese aquí.
Maya giro el rostro y no le respondió.
-aunque imagino las causas por las que te fuiste la verdad es que solo son especulaciones mías hasta ahora.
-te lo dije cuando era importante- le había hablado sobre los rumores que circulaban y él le había dicho que no les tomara importancia, pensó que él se encargaría de ellos pero nunca hizo nada. Ella podría haberlo resuelto pero lo que dolió fue su falta de apoyo, lo insignificante que le parecía su mortificación al hombre que le juro amor eterno.
-¿se trata de los rumores que mi madre hizo circular sobre ti?- dejo una taza de té frente a su esposa y algunos bocadillos, ya había pasado la hora del almuerzo y ella no había comido nada.
-ha pasado mucho tiempo Mario, no tiene casi hablar del pasado ahora. Puedo concederte que ambos nos equivocamos, ahora solo quiero llegar a un acuerdo sobre nuestro hijo.
-bien- acepto y su rápida rendición estrujo el corazón de maya. Era una idiota, quería aquella separación pero aun así esperaba verlo aferrarse a ella- negociemos- Mario coloco el tobillo sobre la rodilla contraria y se echo atrás en un sillón entrelazando sus dedos- mi propuesta es la siguiente, vuelves a casa con nuestro hijo y nos olvidamos del pasado, reintegraremos nuestro matrimonio, le dirás a nuestro pequeño que soy su padre y podre comenzar a recuperar nuestro tiempo perdido. Presentare a nuestro pequeño al público. Tomare medidas para que vuelvas a sentirte desatendida nunca más y aunque otro pequeño me emociona no pude disfrutar lo suficiente de ti la última vez así que espero que podamos esperar un año o dos para darle un hermanito a Yeremaya. ¿Qué opinas?
-que estas demente, me dejas ir ahora y nos veremos lo menos posible. Podemos tramitar el divorcio cuanto antes y creo que los fines de semana es un buen horario para que visites a nuestro hijo- frunció el ceño.
-No me parece, ya que estas siendo tan terca agregare a mi acuerdo anterior una semana de segunda luna de miel en una isla privada-respondió con tranquilidad.
-estas siendo más ridículo cada vez, ya tienes una prometida perfecta escogida por tu adorada madre, ¿porque no solo sigues con tu vida y nos dejas a mi hijo y a mi fuera de todo esto?- lo provoco.
-sobre esa semana...que sean dos, no lleves demasiada ropa, no vas a necesitarla ha sido tanto tiempo...
Maya se sonrojo de pies a cabeza sin poder evitarlo y tomo lo primero que encontró a la mano (que por suerte fue una galleta9) y se la lanzo al rostro.
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El Contrato
General FictionNina está desesperada. Nina no sabe a quién recurrir. Nina lo daría todo por ayuda y Jasón lo sabe.