Nina jamás había disfrutado y sufrido tanto al escoger un vestido, todo lo que Bénjamin le mostraba era exquisito, cada vestido podía ser catalogado como una obra de arte. Maya le había enseñado bordado y le había dado trabajos ocasionales de esto en sus diseños, quizá por eso era capaz de apreciar el exquisito trabajo en la pedrería y detalles de cada vestido.
—Todos son hermosos – exclamo admirada tras verse en el espejo con el quinto vestido.
—mmm— Bénjamin no dijo nada al respecto mientras la rodeaba y la observaba, parecía estar tomando una decisión muy difícil—. Jason, ¿tengo tu palabra sobre lo que mencionaste antes?— pregunto aun mirando la figura privilegiada de aquella chica, no era que fuese especialmente despampanante o de una figura de infarto, era más que tenía una estructura perfecta para lucir sus vestidos.
—desde luego— le aseguro, sabía que se refería a su compromiso con Nina y eso era más que seguro, así tuviese que llevar amarrada a la iglesia a aquella mujer, se iba a casar con ella.
—cámbiate preciosa, quiero que te pruebes algo mas— le indico bastante serio.
Nina asintió obedientemente y se cambio teniendo sumo cuidado con el vestido y con igual reverencia lo devolvió, gesto que Bénjamin aprecio y por fin soltó una pequeña sonrisa. Realmente no importaba que tan famosa era el anfitrión de sus bebes, lo más importante era que fuese adecuado que supiera valorarlos.
—tengo un vestido que he dejado sin terminar por que aun no sabía que hacer con él—. Comenzó a explicarles mientras volvía a su estudio— simplemente no sentía que hubiese llegado su momento—. Además que pertenecía, en su cabeza, a una colección de vestidos y al momento no había encontrado la ocasión perfecta para ellos.
Cuando Bénjamin abrió el armario en el que se encontraba el busto con el vestido aun sin terminar, lo que les esperaba era un vestido que parecía tocado por el atardecer, tenía las mangas caídas y el escote de corazón. Pero lo verdaderamente llamativo era la impresión general de todos los detalles.
—Este vestido de llama Otoño, está casi listo y puedo tenerlo para ti este fin de semana— aquello ya no era solo un ajuste, era el terminado completo de un vestido— pero tengo dos condiciones—. Advirtió dirigiéndose a Jason.
—habla— lo animo levantando una ceja, sabía lo que valía un trabajo de Bénjamin de aquella magnitud pero también el privilegio que significaba.
— La primera es que pagaras toda la mano factura de la colección y la segunda es que después de su uso se encontraran bajo resguardo bajo mis condiciones— fue bastante claro. Aquella colección estaba en su cabeza desde que era un adolescente, pero la idea era demasiado anticuada ahora, demasiado aburrida y predecible para un lanzamiento nuevo, y demasiado elaborado para hacerla sin razón, simplemente no había encontrado las circunstancias adecuadas para hacerla.
Jason entrecerró los ojos y entendió a que se refería, no había que ser un genio para adivinar que si ese vestido era otoño seguramente le seguían, invierno, primavera y verano.
—la última vez te hice un pedido— Jason insinuó, hablo de una "última vez" como si fuese hace un tiempo, pero apenas y había hecho el pedido hace unos minutos.
—a eso mismo me refiero— una colección de estaciones de cuatro vestidos no era adecuada para pasarela y el hacía mucho no participaba en concursos de moda, pero para eventos sociales era perfecto, era aun mejor si podía hacerlos para alguien conocido que siguiera sus reglas. Esta era la oportunidad perfecta.
—Nina— Jason volvió la mirada a su pareja tomando la mano de esta— ¿qué te parece el vestido?— pregunto, aunque no estaba terminado, se podía ver cómo sería el vestido tras los últimos detalles, especialmente para Nina que estaba familiarizada con el proceso.
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El Contrato
General FictionNina está desesperada. Nina no sabe a quién recurrir. Nina lo daría todo por ayuda y Jasón lo sabe.