Alexei sonrió mientras veía los mensajes en su teléfono, había querido llevar Valentina a su casa pero su chofer había pasado por ella. Sinceramente era frustrante lo completamente indiferente que la mujer era a él en esos momentos. Como si su pasado no existiera, como si su corazón se hubiese cerrado por completo a excepción de lo relacionado con su hija.
-¿Algo divertido señor? –el ama de llaves del castillo se acerco con café, en la oficina y en el resto de su vida le bastaba una cafetera, pero en ese castillo nada superaba el café de Davinia, ella era la acompañante de su abuela cuando estaba viva, era 20 años mayor que él, así que acaba de entrar en los 60, pese a ello siempre estaba llena de una energía envidiable.
-una vieja conocida- sonrió mirando la foto en el teléfono, sinceramente divertido- tiene una cachorrita que quiere muchísimo y le compro ropa, es divertidísimo verla haciendo trucos como un humano de verdad- comento como si hablara realmente de un animal adorable, pero Davinia solo lo miro y negó en silencio, reconociendo el tono burlón y el cinismo en sus ojos.
-señor, espero que realmente este hablando de lo que dice, no es bien visto que un caballero se exprese de esa forma- lo reprendió, pero Alexei solo se puso de pie y alegremente la rodeo por los hombros con un brazo y le beso la cima de la cabeza.
-Tranquila Davinia, realmente es solo eso, ¿no confías en mi?- pregunto con su sonrisa mas encantadora. La mujer entrecerró los ojos y lo observo en silencio varios segundos, hasta finalmente suspirar y negar.
-¿cuándo será un caballero de verdad señor?- evidentemente no le creía una palabra. Sin embarco Alexei solo se rio sin darle respuesta. Tecleo un par de palabras en su móvil y lo coloco en el escritorio sin bloquearlo, vagamente Davina vio la foto de una hermosa chica de cabello negro en un vestido de noche majestuoso. Negó y dejo de prestar atención al teléfono. Alexei lo noto y le divirtió que la mujer no le hiciera más comentarios pese a que le había colocado el teléfono a un lado.
-¿no vas a seguir regañándome?- pregunto.
-señor, un caballero respeta a la mujer que ha compartido su vida sin importar lo que suceda. Uno puede perder su vida pero jamás la decencia, rezo por que algún día usted encuentre la suya-. Le respondió sin más, sirviendo una taza de café y colocándola frente a Alexei quien solo se rio aun mas.
-Vinia- la llamo cariñosamente- ¿acaso no sabes cómo me conocen? – Pregunto abrazándola por la cintura como un niño pequeño- soy el "último caballero de la época" – y era cierto, el mote existía y casi cualquier a quien se le preguntara diría que en efecto Alexei era todo un cabello, todos excepto Davinia.
-un montón de ciegos- dijo sin más. Alexei se volvió a reír pero en vez de dejarlo pasar se paro y jalo una silla hasta su escritorio y la coloco junto a la suya.
-mira, voy a enseñarte algo- la hizo sentarse en la silla y se sentó en la suya propia antes de tomar el celular y mostrárselo- mira léelo.
Davina lo vio con sospecha y solo cuando Alexei le tendió el teléfono insistentemente por segunda vez lo tomo. Se coloco sus gafas y reviso la conversación como Alexei decía.
Los ojos de la anciana comenzaron a abrirse conforme leía.
-señor, ¿una hija?- pregunto alterada y noto de inmediato que algo andaba mal cuando la sonrisa en el rostro de Alexei desapareció reemplazándola por un gesto serio y frio-. Es cierto...usted siempre ha sido muy cuidadoso- esa niña no podía ser su hija, el no era de los que iban regando hijos, el mismo había sido un hijo no deseado así que era sensible al tema.
-Aunque sí que tuve una hija- Alexei confeso volviendo a alterar las emociones de su ama de llaves.
-entonces esta chica...- ella había creído que era su actual amante o una ex amante o próxima amante, nunca se le paso por la cabeza que la chica de la foto fuese su hija.
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El Contrato
General FictionNina está desesperada. Nina no sabe a quién recurrir. Nina lo daría todo por ayuda y Jasón lo sabe.