Las luces que iluminaban la calle esa fatídica noche, no permitieron que concentrara mi atención en otra cosa que no fuera Alisson.
Su boca cubierta de espuma blanca, el cabello desparramado sobre su rostro, la palidez anormal que llevaba. Observé casi en casi cámara lenta cómo los paramédicos comenzaban a subir a Alisson a la ambulancia.
No tenía palabras.
No sabía como expresar lo impactada que estaba.Lo desconcertante que me parecía.
Thomas que hasta el momento se había quedado a mi lado, corrió hacia Jake, quien se negaba a bajar de la ambulancia. Los paramédicos le exigían que se retirase, pero el chico no tenía oídos más que para reconocer el latido de Alisson. Josh se acercó entonces, con una estrategia mucho más eficaz, tomó muy suavemente de los hombros a Jake y lo ayudó a bajarse.
Tan pronto como estuvieron en el suelo, la ambulancia arrancó.
Las lágrimas sobre el rostro de Jake se hicieron mucho más notorias, aún se mantenía perplejo con lo acontecido y no quitaba la mirada de la ambulancia alejándose.
Tan rápido como recuperó la conciencia, empujó a los chicos y corrió hacia uno de los carros más cercanos que estaba allí. Se subió a él, y arrancó.
—Tenemos que ir con él —exclamó Thomas, yendo apresuradamente a otro carro.
Andrew se subió a su lado.
Josh se mantenía en la puerta con la mirada ansiosa. Pero cuando una asustada Tessa corrió a sus brazos, la abrazó de inmediato y la ayudó a subir al auto.
En el sitio, solo quedamos Abigail y yo.
—¿Cómo? —exclamé, fue lo único que se me ocurrió preguntar.
Vi la duda en su mirada, sin saber si responder o no. Finalmente suspiró.
—Viene desde hace años —comentó.— Jake ha intentado ayudarla, pero... está demasiado metida.
La miré en silencio. ¿Era eso lo que me habían estado ocultando? ¿La situación de Alisson?
—Ven, le diré a Jonathan que nos lleve al hospital —anunció y tomó mi mano.
Caminamos hacia donde estaba el otro representante,quien una vez que nos vio con leve amargol.— Luego hablaré con todos ustedes.
—Al hospital central —exclamó hacia el chofer, una vez que subimos a su auto.
Mi mirada corrió entre el chofer y la puerta en un par de segundos. Era el guardaespaldas que me había ayudado antes. Sorprendida miré a Jonathan y Abigaíl, ambos se mantenían serios. ¿Lo conocían? ¿Trabajaba en ambas cosas? Cada segundo en Nuevos Talentos se volvía más confusa. Mi vida completa lo hacía.
En el camino no me atreví a preguntar nada. Primero, porque no se me ocurría que decir, segundo, porque no quería incomodar a Abigaíl y último, porque aún me encontraba confundida.
Una vez que llegamos, Jonathan bajó del auto apresurado y cerró la puerta consigo.
—Quédense aquí, ahora vuelvo.
Ambas asentimos.
Una vez que se fue, Abigail volteó hacia mí.
—Si Michael te interroga, le explicas que no sabías ni habías presenciado nada. De todas maneras tú esto no lo conocías.
—Esto...¿Todos lo saben? —pregunté aún extrañada.
—Sí. —Su mirada viajando sobre mí con recelo—. Seré honesta contigo Cristel. Si esperabas que al venir aquí tu vida sería una maravilla, viniste al lugar equivocado. Es probable que nada de lo que hayas visto de nosotros en redes sea real, probablemente lo más real de nosotros es lo que nunca llega a salir —comentó para luego observarme muy fijamente—. No sé que promesa te hizo Michael para traerte aquí, pero si tienes la oportunidad de deshacerlo, hazlo ahora.
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El amargo de los sueños
General FictionCristel siempre había soñado con la idea de escapar de casa. Había soñado con volverse una cantante exitosa y reconocida. Había soñado con conocer a alguien que la amara tal cual era. Cristel siempre había soñado. Y cuando gracias Tik Tok, logra vol...