Capítulo 45

230 25 1
                                    

Pasar el resto del dia con Thomas fue igual de desagradable que toda mi semana. Lo entendía, claro que lo entendía, pero escuchar su arrepentimiento por todo lo sucedido y su impotencia por no poder frenarlo no ayudaba en nada a la situación. Ni tampoco sus manifestación de sentirse amarrado de pies y cabeza con el secreto de Alice bombeando sobre su pecho.

«Odio el hecho de no extrañarla, de haber aprendido a vivir sin ella» había balbuceado Thomas. 

Y quise decirle que no, que aún seguía sin saber vivir sin ella. Que podía ver la confusión en sus ojos cuando me miraba y no encontraba la expresión de los ojos de Alice en los míos. Comprendía sus palabras, claro que lo hacía, ¿Pero tan fuerte era el vínculo que tenía con Alice que era capaz de sacrificar su propia integridad? ¿Y acaso ese vínculo era más fuerte que lo que nosotros teníamos?

El problema no era que no lo quisiera. Al contrario, lo quería tanto como para no atreverme a decirlo en voz alta. Pero... ¿Él me querría lo suficiente? No pensaba preguntárselo, porque en el fondo me asustaba la respuesta. Me aterraba pensar que la elección no sería yo.

Al siguiente día teníamos que acudir al entierro.Nos levantamos muy temprano puesto que el entierro sería a las 9 de la mañana. Yo me encargué de que tanto como Thomas y Tessa estuvieran listos. Pasé 30 minutos eligiendo un vestido para Tessa, que se había limitado a observarme y a asentir cuando estaba de acuerdo. Finalmente la ayudé a colocarse un vestido negro por debajo de las rodillas, junto con unos zapatos de tacón bajo. La miré y reprimí las ganas de preguntarle algo, cualquier cosa podía ser inadecuada en estos casos, sin embargo. El miedo de no volverla a ver sonreir se mantenía fuerte sobre mi cabeza.

—Cristel —dijo  Tessa agarrando mi muñeca. Su rostro pálido y sumido de ojeras me miraban con auténtico miedo—. Tienes que irte.

— ¿Del cuarto? —pregunté con suavidad—. ¿Quieres que te dé un momento a solas?

—De Nuevo Talentos.

Me acerqué hacia ella tomando su mano.

—¿Por qué? 

Sabía que la pregunta era inútil, que Tessa nunca se animaría a confesarme todo lo que estaba sucediendo. Si el trato de Michael era de acuerdo al éxito, ¿Qué le habría hecho a Tessa?

Tessa no respondió nada y tan solo se abrazó a mi cintura, la rodeé con mis brazos en silencio. 

Bajé con Tessa a la sala, donde nos esperaban Thomas y Jake. Jake desde lo de Alisson se había mantenido más callado de lo normal, y sin embargo me había ayudado con Thomas. 

Le agradecía muchísimo.

—Vámonos —dije hacia los chicos y cerré la puerta. No pude evitar notar que entre los cuatro yo era la que se encontraba emocionalmente más estable, y eso sin convertirme en responsable, me daba una responsabilidad.

En el entierro encontramos a Abigail y Andrew quienes se habían adelantado horas antes, nos sentamos a su lado mientras que al frente se encontraba Michael observándonos con atención. Nos acomodamos en nuestros sitios para luego comenzar a escuchar las palabras del sacerdote.

Estuvo un largo rato hablando de cómo Dios se encargaba de todas las cosas, que estaba lleno de sabiduria y por ende sus acciones tenían un sentido claro y necesario. Que ahora Josh estaba en paz descansando, sin ninguna preocupación.

¿Por qué el sacerdote hablaba de Josh como si hubiera muerto por otras circunstancias y no por un suicidio? Había esperado un rechazo entero del sacerdote a participar en el entierro, o por lo menos una constante reprimenda hacia el difunto y sus cercanos, que no pudieron evitar tal abominación.

El amargo de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora