Mi mirada quedó intercalada entre ambos. Donde la proximidad de uno, parecía no hacerle gracia al otro.
¿Tenía que decir algo? ¿Estaban esperando algo?
—He preguntado si interrumpía algo —repitió Thomas.
—Lo hiciste —respondió Cristopher.
Volteé a mirarlo en el acto, pero antes de que pudiera decir algo. Michael apareció.
— ¿Qué hacen aquí los tres? —interrogó—. ¿Y por qué tienes la camisa mojada Cristopher?
—Ahora la seco —respondiendo él cogiendo las servilletas de la mesa.
—Eh...bueno —contesté—. Estábamos esperándote.
— ¿Todos juntos? —preguntó nuevamente, para fijar su mirada en Thomas—. ¿Qué haces aquí tú?
—Yo... —comenzó a decir.
—¿Qué tienes en la mano? —cuestionó nuevamente Michael.
—¿En la mano?
Intenté ver que llevaba en su mano, pero él fue más rápido y lo escondió de la vista.
—Nada.
—Como sea —dijo Michael—. Tenemos que hablar con Cristel, ¿Piensas quedarte a escuchar también o te vas?
—No, ¿Por qué debería de importarme?
Tan pronto como lo dijo, salió por la puerta sin siquiera mirarme.
Tragué secó.
Aquello, aunque no lo admitiera, me había dolido. ¿Cómo podía actuar de esa manera de pronto? ¿Así me veía? ¿Cómo un asunto sin importancia?
Si hace unos segundos me había dicho que me apoyaría en todo. ¿Por qué de pronto cambió?
¿Y si acaso fue por lo que dije a Cristopher?¿Se habría incómodo con ello?
No. No tendría sentido que lo haga, no cuando llevábamos conociendo tan poco. Pero, si utilizaba el mismo razonamiento: ¿Qué yo no había desarrollado sentimientos en tan poco tiempo? ¿Eso no convertía en una posibilidad, por más pequeña e insuficiente, que él sintiera lo mismo por mí?
—Cristel.
Sin embargo, se había ido.
Ya debería haberme acostumbrado a que las personas me dejen cuando más las necesito.
—Cristel. Siéntate —repitió Michael—. Acabo de hablar con los abogados, hemos acordado una reunión para mañana por la tarde, la idea es que se solucione este caso en el tiempo más corto, ya que si se extiende podría dañar significativamente tu carrera y todo el progreso que hemos hecho. La única manera de que todo resulte bien sería...
—Olvídenlo, sí me importa —comentó Thomas entrando a la cocina.
¡¿Thomas!? Lo miré asombrada.
— ¿Perdón? —Michael lo miró impaciente.
—Que me importa y que me quedo a escuchar.
Caminó hacia mí y se sentó a mi lado.
Yo estaba enmudecida. Por fuera me encontraba completamente sorprendida, sin conseguir decir una sola palabra. Pero por dentro, estaba dando saltitos de alegría por toda la sala.Había cumplido su promesa.
«Está bien, no te emociones, solo es un chico de palabra que no quiere faltar a su promesa.»
—Cristel —dijo alguna voz, pero no le presté atención.
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El amargo de los sueños
General FictionCristel siempre había soñado con la idea de escapar de casa. Había soñado con volverse una cantante exitosa y reconocida. Había soñado con conocer a alguien que la amara tal cual era. Cristel siempre había soñado. Y cuando gracias Tik Tok, logra vol...