Capítulo 44

231 19 1
                                    

Cada segundo que transcurrió desde el inicio de la ceremonia se sintió interminable. Algo en el ambiente no terminaba de cuadrar por completo. Estábamos en un velorio, y aun así la tristeza se sentía artificial, como si lo que fuera que sintieramos no conseguiera encajar en ese término. Y es que, ¿Cómo un velorio de muerte natural se puede comparar a un inminante desenlace de suicidio?  Las palabras de consuelo se sentían inpropias en una situación como tal. «Descansara en un mejor lugar. Ahora esta paz. Ya no sufre más.» Ninguno de nosotros era lo suficientemente creyente como para esperar que eso fuera cierto, y aun si lo fueramos. ¿Alguna religión ve con buenos ojos arrancarse la vida? Porque eso había sido, un arranque, sin preparación o advertencia, tan brusco que consiguió llevarse la carne consigo. Y lo quedaba era insuficiente, grotesco, frustante.

Lidiar con la carga que traía consigo era la última de las buenas opciones. Era preferible entonces, concentrarse en lo más insignificante, en lo más ambiguo. Porque para mirar lo que de verdad importa, hay que estar preparados.

Jake no había quitado la mirada de Alisson en toda la ceremonia, esperando recibir una señal o alguna pista que le hiciera mantenerse creyendo que estaba en lo cierto. El resto de nosotros había permanecido en silencio. Tessa no había hecho otra cosa que recostarse en la pared y permanecer allí sentada sin emitir ningún sonido. Era consciente de que una parte de ella se había ido con la muerte, y nada lo traería de vuelta.

Irónicamente Josh había hecho todo en lo posible para que Tessa no se desmoronase, pero quien lo ayudó a él, ¿Quién siquiera lo notó? Se había estado rompiendo frente a nuestras caras, y nosotros solo habíamos observado los pedazos en el suelo sin darle importancia. Merecíamos carga con las consecuencias.

Al velorio habían llegado también un par de conocidos más y sus familiares.

Cuando llegó su madre y sus hermanas, no nos saludaron ni a nosotros ni a Michael. En el fondo parecía que culpase a Nuevos Talentos del fallecimiento de su hijo. Y no le faltaba razón, la sensación que tenía no me impedía olvidar lo que había sucedido. Sabía muy a mi pesar, que, si hubiéramos actuado de una manera muy distinta, ahora mismo no estaríamos en ningún velorio y Josh estaría vivo.

Todos los acontecimientos desarrollados nos llevaron hasta aquí, sí, pero hubo ciertas personas que contribuyeron de manera significativa para que aquello sucediera.

Ya no me tragaba el cuento de que estuvieron demasiado ocupados para prestarle atención a su caso. Había visto cómo procedía Michael con los medios, sabía el poder que tenía sobre ellos, y no se me había olvidado la vez que con una sola palabra y un nombre había logrado hacer que se retiraran.

Su excusa de «Lo intenté y no pude lograrlo» no me convencía en lo absoluto.

Si los medios no hubieran dejado de atacar a Josh, había sido porque Michael no quería que dejasen de hacerlo. En cuanto a Cristopher, su presencia solo era significado de tensión sobre mi cuerpo. Los mensajes vistos se repetían constantemente en mi cabeza.

Lo que había hecho era más que grave. Era un crimen.

Y Thomas sabía algo.

Volteé hacia él. Aún mantenía la cabeza gacha sin mirar a un punto fijo, lo contemplé con mayor detalle. Su expresión era  desbordante, sí, pero más lucía culpable. Como si estuviera arrepentido de algo verdaderamente grande.

«¿Tuviste algo que ver en esto Thomas? ¿Qué me estás escondiendo?»

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de Blake. Lucía terrible.

—Blake.

Caminé hacia él y lo abrazé.

—No he venido a quedarme —explicó con el rostro desencajado y completamente serio una vez que nos separamos—. Solo quería verlo una última vez y despedirme.

El amargo de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora