Lo miré alejarse en silencio y no argumenté nada.
Me acerqué al espejo del vestidor y me contemplé, con las prisas ni siquiera me había visto en el espejo para ver cómo me habían arreglado. Llevaba un vestido en capas verde claro, con bordes blancos y tenía de peinado un moño apretado con un maquillaje de colores cálidos.
Me observé al espejo muy atentamente. Repasé cada parte de mí y no logré identificar a la persona de mi reflejo. Esa chica no era yo. No lo era.
¿Entonces quién era? ¿La chica marginada del colegio?¿La chica insegura que sufría de violencia física por parte de su padre? ¿La chica pobre que siempre se la pasaba realizando los quehaceres de su casa? ¿O la dócil muchacha que se había vuelto famosa de un día para el otro?
¿Cuál de todas era? ¿Y por qué ninguna se sentía real?
Tanto tiempo pretendiendo ser alguien más, me había terminado dejando sin identidad. ¿Qué se suponía que haría ahora?¿Renunciar? ¿Luchar contra todo lo que se me caía encima? ¿Cuál opción era la correcta?
Con lentitud tomé mis cosas del asiento y salí de la habitación. Me encontraba sumida en una tristeza a la que no sabía cómo nombrar. Parecía que todo lo que hacía no resultaba como lo esperaba .Y todo en quien confiaba encontraba una forma de hacerme daño.
Caminé hacia la salida.Cuando estaba por llegar pude contemplar la cantidad de seguidores que estaban esperando a que apareciera. Asustada retrocedí lo más rápido que pude y corrí hacia adentro. Justo a mi lado había una asistente, de cabello rubio y rostro amigable. Reviso unos documentos y no parecía haber reparado en mi presencia.
— ¿Hay alguna otra salida?
Como si fuera obra del universo, el joven me ayudó a encontrarla.
—Lo siento.
Volteé extrañada. Durante todo el transcurso no me había dirigido la palabra.
— ¿Por qué?
—No es bonito tener a todas las cámaras sobre ti.
— ¿Viste la entrevista?
—Sí —se sinceró—. No es tu culpa Cristel. Marcos no debió insistir con sus preguntas, mucho menos viendo la incomodidad que te ocasionaba —explicó—. Uno no debería tener que dar explicaciones sobre su vida privada, ni mucho menos sobre sus sentimientos. —Sacó su chaqueta y me la alcanzó—. Te ayudará a pasar desapercibida. Créeme.
—Gracias. —Lo miré agradecida y confundida a partes iguales. Me parecía conocido. ¿Pero de dónde?
Antes de que pudiera averiguarlo, ya se había ido.
Salí del lugar entonces, me mezclé entre toda la gente del lugar e intenté alejarme lo más rápido. Parecía ser parte de mi vida, el correr en medio de la oscuridad con el corazón a trizas.
Ya estaba un poco lejos del canal, cuando recibí un mensaje en mi teléfono de un número desconocido. Me detuve el acto.
— ¿Sabes que fue Camila quien te acusó ante tus padres? Aquí están las pruebas. Vi tu entrevista, no necesitas volver al pasado. Vive tranquila.
Una recopilación de captura de mensajes de mi padre con Camila se observaban debajo. Además de un vídeo mío cantando.
Lo observé en silencio. Ni siquiera me importaba quién había mandado el mensaje. Estaba demasiado aturdida como para pensarlo.
Descubrí que no solo había perdido mi tiempo en aquella situación, sino parte de mi alma también, todo pedazo que entregué y nunca fue cuidado apropiadamente, todo esfuerzo poco valorado y toda la energía que puso en algo que sólo consiguió drenar cada parte de mi energía. Todo lo que perdí.
ESTÁS LEYENDO
El amargo de los sueños
General FictionCristel siempre había soñado con la idea de escapar de casa. Había soñado con volverse una cantante exitosa y reconocida. Había soñado con conocer a alguien que la amara tal cual era. Cristel siempre había soñado. Y cuando gracias Tik Tok, logra vol...