CAPÍTULO 27

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DEREK

Cuando, a las siete de la tarde, salí del trabajo no tenía ningunas ganas de volver a casa. No porque aún seguía enfadado con Laura por lo que ocurrió el otro día. Nos había insultado a mí y a Karen, ¡en mi propia cara! Y en lugar de pedirme perdón o arrepentirse, cuando volví aquel día, se rio y me dijo que me lo tenía bien merecido por cobarde. Tal vez tuviera razón en una cosa; puede que fuera cobarde, porque no me había atrevido a echarla de mi casa después de eso. Tenía la corazonada de que Laura terminaría disculpándose por todo lo que había dicho. Mientras tanto, tenía que seguir con su maldito plan, solo esperaba que no le pasara nada a Karen.

Volví a mi casa por el camino más largo, el cual pasaba por enfrente de la casa de Karen. No quería mirar pero al final terminé cediendo y, al instante, me hirvieron las venas al pensar en que Kyle la había dejado sola solo por el trabajo. Era un capullo. Si ella fuera mi pareja y ese bebé fuera mío nunca, bajo ninguna circunstancia, los dejaría solos. Y él a la primera de cambio se marcha. Tuve la tentación de llamar a la puerta para ver si estaba y preguntarle que como se encontraba. Sin embargo, ya era tarde y no tenía el valor para hacer eso. Así que caminé rápidamente para dejar atrás aquella casa y dirigirme al infierno que era la mía. 

Nada más entrar por la puerta Laura vino casi corriendo y cuando estuvo delante de mí, se cruzó de brazos.

-¿Dónde estabas? Hoy has llegado más tarde de lo normal.

-Mucho ajetreo en el trabajo, además no estás en ningún derecho de estar vigilándome - le espeté cansado ya de sus dichosas preguntas para interrogarme.

Laura rodó los ojos, seguramente pensando que no era para tanto y no tenía porque enfadarme. Bufé y la ignoré por completo cuando me dirigí a la cocina a por algo de beber.

-He estado toda la tarde aburrida buscando como y donde conseguir aminopterina. Pero es muy difícil porque principalmente ese medicamento se lo dan a gente que está muy mal, enferma. 

-Pues seguramente a ti te lo den, ves a buscarlo.

-¡Yo no estoy enferma!

La miré levantando las cejas, como diciéndole "¿estás segura de eso?". 

-Da igual, la cosa es que por la vía legal no vamos a poder conseguir el medicamento.

-¿Estás diciendo que lo robemos?

-O busquemos a alguien que nos lo pueda vender, tipo de contrabando y eso.

Negué con la cabeza mientras me acercaba a ella.

-Cada día estás peor de la cabeza.

-Por lo menos yo busco la forma de terminar con toda esta mierda Derek. ¿Tú qué has hecho? 

Me encogí de hombros.

-¿Sabes? Ya me duele que pasen de mí. Solo quiero vivir mi vida junto a la persona que amo, ¿eso es algo malo?

-No, lo malo es cuando quieres eliminar a alguien en el proceso.

-Es la única forma de conseguir lo que nos pertenece. Y no voy a descansar hasta que Kyle sea mío y solo mío. Que te quede claro, y ya estás poniéndote las pilas y buscando alguna manera de encontrar ese medicamento. 

Dicho eso se dio media vuelta y se fue a su habitación. Me quedé unos segundos plantado, sin desviar la mirada de donde ella estaba segundos antes. Y lo confirmé; esta mujer estaba realmente mal de la cabeza.

KAREN

A las siete y cuarto de la tarde Sonia y yo llegamos a casa. Dejamos nuestras cosas en el salón y nos sentamos en el sofá. Todo era muy incómodo. Cuando supe que mi bebé era un niño y después de decírselo a Kyle, volví a la habitación de James. La suegra de mi amiga ya no estaba y ella se encontraba sentada en la cama de su novio, llorando. Intenté consolarla, animándola y diciéndole que daba igual lo que su suegro le había dicho, lo importante era el amor que había entre los dos. También le dije que no llorara más, porque James lo escuchaba todo y sabía perfectamente que su novia lloraba desconsoladamente a su lado. No hablamos durante todo el camino de regreso, y ahora dudaba que Sonia quisiera hablar.

Sobreviviendo a mi playboy © (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora