Sobreviviendo a mi playboy © (3)

CAPÍTULO 1

RYAN

Aparqué el coche enfrente de la casa de Michaela y cerré los ojos. No sabía si estaba preparado para enfrentarme a ella después de habernos peleado durante una semana. Ella tenía carácter, y yo, en pocas palabras, era un puto blandengue. Me tenía cogido por lo cojones. La última vez que hablamos, ella terminó llorando gritandome las unicas palabras que nunca quería oír de su boca.

¡No quiero volver a verte en mi vida!

Tampoco entendía el cabreo. Solo le había dicho que fuera totalmente sincera conmigo, que podía contarme todo lo que había hecho en su pasado. Pero Michaela era reacia a hablarme sobre ello. Y eso solo me generaba más dudas. ¿Por qué no quería contarmelo? ¿Ocultaba algo? Según lo que me dijo Karen hacía una semana, ella fue la novia de su hermano, el cual le dejó por otro chico nada más empezar la relación. ¿Eso que me hacía pensar de ella? No lo sabía, estaba tan cegado por el amor que me daba igual todos sus actos del pasado, solo quería que confiara en mí y que no me lo hiciera. Porque no podría soportar perderla, no podía soportar que se fuera con otro chico. Podía sonar un puto obsesivo pero, ella era mía. Habíamos hecho el amor, ¡y yo nunca hacía el amor con una chica! Solo era sexo sin sentimientos, pero con ella todo era distinto.

Suspiré, dandole un puñetazo al volante. Al instante, el dolor empezó a extenderse desde la mano hasta la muñeca. Abrí la boca y grité un "joder" para menguar el dolor.

-Seré capullo - me dije a mi mismo.

Respiré durante unos segundos y después de haberme calmado lo suficiente, me armé de valor y salí del coche. Hoy esto era todo lo que tenía planeado hacer. Reconciliarme con mi novia y hacer el amor durante todo el día. Esta mañana Kyle me había llamado para decirme que todos sus amigos se iban a reunir en su casa porque él y Karen tenían que decirnos una noticia muy importante. Le dije que no por dos razones. Una porque tenía vergüenza volver a ver a Karen y dos porque tenía cosas más urgentes. Suponía que ellos ya me contarían esa noticia y esperaba poder reconciliarme también con Karen, pero lo primero era lo primero.

Ella vivía en un bloque de pisos con su madre. Le había comentado de mudarse a mi casa pero ella se negaba cada vez que se lo decía. No quise urgar más en el tema y lo dejé pasar. Cuando estuve enfrente de los timbres de los pisos, intenté acordarme en donde vivía. Me lo dijo una vez pero como que no le hice mucho caso. Luego, tras pensarlo unos segundos, el número tres se me hacía muy familiar así que llamé y al poco tiempo una mujer mayor me dio al bienvenida.

-Hola, buenas tardes, ¿está Michaela? Soy Ryan su novio.

-¡Paco! Mira que muchacho tan apuesto. Viene preguntando por la chica de abajo, es su novio.

Mierda. Ya sabía yo que había apretado el número equivocado. Intenté disculparme con los dos pero no me hacían caso...

-¡Joder, estaba echando la siesta! ¿Qué quieres mujer?

-Bueno... siento molestarles, yo...

-¡Mira, como baje chaval te cortaré los huevos y luego te mataré! ¿Me has entendido?

-Sí, sí, lo siento.

Apreté enseguida el número de abajo del tres y mientras esperaba a que Michaela cogiera le telefonillo, escuchaba a la pareja hablando entre los dos e insultandome. Que gente tan amable vivía por aquí.

-¿Sí?

-¿Michaela? Soy Ryan, ¿me puedes abrir, por favor?

Cuando dije eso esperé a que me abriese. sin embargo, tardó mucho y estaba empezando a pensar que me había dejado ahí plantado cuando la puerta emitió un sonido. La abrí y enseguida entré en el bloque de pisos. Fruncí el ceño cuando me fijé en el suelo y en las paredes. ¡En menuda pocilga vivía mi novia! Intenté no tocar la barandilla a medida que subía por las escaleras. Sin embargo, a mitad me paré, recordando en que piso me había dicho la señora en el que vivía.