CAPÍTULO 35

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SONIA

Iba a matarla en cuanto volviera. Tenía que haberme imaginado que se las arreglaría para irse a Estados Unidos, esperaba que por lo menos no se hubiera ido sola. Bajé rápidamente las escaleras y entré en la cocina para ver si había escrito alguna nota. Nada. Ni siquiera un mensaje de WhatsApp. Resoplé, ojalá no hubiese sido tan tonta. Cogí mi móvil y marqué el número del hermano de Karen. Estaba claro que él tenía que saber que su hermana se había ido. Al principio, no lo cogió y ya me estaba enfadando cuando por segunda vez, atendió al primer tono.

Cody: ¿Sonia? ¿Qué sucede? Estaba a punto de ir ahí.

Yo: Pues no hace falta que vengas. Karen no está.

Cody: ¿Cómo que no está?

Yo: ¡Pues como que no está! Se ha ido a Estados Unidos.

Cody: ¡Joder! Mi hermana es muy cabezota y ni siquiera sabe que es lo que ha hecho. Llámala y dile que venga cagando hostias.

Yo: Cody, tranquilízate. Por muy histérico que te pongas no conseguirás nada. El problema ahora no es que Karen se haya ido, sino que si lo ha hecho sola. Además, tienes que comprender que lo ha hecho por amor...

Cody: ¡Como si lo hubiese hecho por odio! Mi hermana está embarazada, Sonia, no puede ir por ahí viajando en su puñetero estado. ¿Qué pasa si algo sale mal? Ya viste ayer que por un momento le empezó a doler. Yo me muero si la pierdo, ¿sabes? Necesito que la localices, por favor.

Yo: Está bien. Te cuelgo y la llamo. Si consigo hablar con ella, te envío un mensaje.

Cody: Gracias.

Yo: De nada.

Colgué y rápidamente pulsé en el contacto de Karen y la llamé. Crucé los dedos para que lo cogiese. Por favor, por favor, por favor... sin embargo, por mucho que rogase a dios que aceptara la llamada, me salió el contestador. Lo volví a intentar, dispuesta a pasarme si hacía falta horas intentando localizarla. Entendía a mi amiga, si James hubiese estado en la situación de Kyle, yo también estaría cogiendo un avión. Pero, por otro lado, comprendía a Cody, él solo se preocupaba de la salud de su hermana y de su sobrino. 

Resoplé, otra vez el maldito contestador. Estaba claro que no me lo iba a coger pero no podía rendirme sin intentarlo otra vez, así que volví a llamarla. Mis esperanzas fueron en vano, tenía que estar de acuerdo con Cody, Karen era una cabezota. Enfurruñada, le envié un mensaje a Cody diciéndole que su hermana no cogía la llamada y que lo intentara él, puede que cuando Karen vea que es su hermano quien la llama quizá lo coja. 

Cody: Está bien, gracias igualmente. 

Yo: Si hablas con ella dime como se encuentra.

Cody: Ok.

Bloqueé el móvil y sin poder hacer otra cosa fui a la cocina a prepararme el desayuno. No podía estar del todo relajada con la situación de mi amiga pero hasta que Cody no pudiese localizarla y asegurarme de que estaba bien, poca cosa podía hacer. Así que mis planes para hoy eran ir al hospital y visitar a James, así de paso le contaría en que circunstancias se encontraba nuestra amiga. Y mientras desayunaba pensaba en que antes de conocer a James, él y Karen eran muy buenos amigos y claro, él no sabía nada de lo que pasaba alrededor de Karen. No pude evitar pensar en aquella vez que me enteré de que James había sido gigoló. Al principio, no me gustó pero ahora me hacía gracia. Tan solo imaginarme a mi novio haciéndole un striptease a alguna chica me hacía sonrojar, reír e incluso ponerme un poco celosa. Pero me quedaba con que mi novio me había elegido a mí y había renunciado a ese trabajo, así me quedaba más tranquila. Además, todos tenemos un pasado. Y el mío le salpicó a él. Volví a recordar a Nicholás, volví a recordar aquella noche, volví a recordar la desesperación que me consumía y el dolor, mucho dolor. La sonrisa se me borró de golpe y algunas lágrimas asomaban en mis ojos. Debí de haberlo denunciado cuando pude, ahora ya era tarde. Apreté los puños, era un maldito imbécil, manipulador y abusador. Ojalá no lo hubiese conocido. Ojalá.

Sobreviviendo a mi playboy © (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora