CAPÍTULO 42

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KAREN

James se había despertado. Esa frase se repetía constantemente en mi cabeza desde que Sonia me lo dijo ayer. Nada más levantarme desperté a Kyle y le dije que se diera prisa en desayunar, que cuando terminásemos nos iríamos al hospital. Se puso muy frenético al pensar que teníamos que ir por mí, porque había roto aguas, ya que no se acordaba de que James se había despertado.

-Joder, casi me matas del susto. Pensé que era por el bebé - dijo volviéndose a acostar en la cama.

-Que no sea el bebé no quiere decir que no tengamos prisa. Levántate y desayuna que nos vamos.

Kyle resopló pero hizo lo que le pedí. Estaba ilusionada por volver a ver a James y poder hablarle y que me contestara, lo había echado mucho de menos. Mientras Kyle estaba mirando el móvil y hablando con alguien por el WhatsApp, yo preparaba el desayuno; tostadas con mermelada y zumo de naranja. Cuando lo terminé de preparar todo lo puse en una bandeja y lo dejé sobre la mesa. Me senté enfrente de Kyle y empecé a comer.

-Deberías de dejar ya el móvil y desayunar, en cuanto terminemos nos vamos - le advertí dándole una mordida a mi tostada.

-Sí, sí, ya voy - me dijo sin despegar la mirada de su teléfono.

Rodé los ojos pero le dejé a lo suyo mientras yo iba a lo mío. Me daba lo mismo si llegaba a comer algo como si no, él se lo habría buscado. Me terminé las tostadas lo más rápido que pude y luego me bebí mi vaso de zumo de naranja, y mientras se me bajaba un poco iba recogiendo los platos y los vasos y llevándolos al fregadero. Cuando me giré Kyle me miraba con las cejas levantadas con su tostada en una mano y el zumo en la otra.

-¿Qué? - le pregunté.

-¿Me vas a dejar desayunar tranquilo? Que tú tengas tanta prisa no quiere decir que yo también.

-Quiero ver a James, y te guste o no nos vamos ya - dije cogiendo la silla y arrastrándola hacia la mesa.

Me fui a nuestro dormitorio y del armario saqué un pantalón vaquero, una sudadera de Kyle y unas deportivas. A estas alturas del embarazo ya casi no me podía poner mi ropa, por eso le pedía a Kyle sudaderas o camisas grandes ya que con las mías me sentía muy agobiada. Y menos mal que el pantalón vaquero aún me quedaba bien y podía abrochármelo porque sino terminaría vistiendo todos los días con chándal. No me podía poner vestidos porque estábamos en invierno y hacia bastante frío, así que no me quedaba otra. Me senté en la cama para poder ponerme el pantalón. Sin embargo, me costaba mucho. Con miedo me levanté y fui a verme en el espejo de cuerpo entero. Yo me veía igual, no parecía que había engordado, me frustraba cuando me pasaban estas cosas, en cuanto tuviera a Álex tendría que empezar a hacer dieta. 

No tuve más remedio que cogerme unas mayas de deporte para ir al hospital. Metí en mi bolso todo lo que necesitaba y después de que Kyle se vistiera y, obviamente, me hiciera alguna que otra broma sobre los vaqueros, nos pusimos en camino hacia el hospital. 

-¿Has pensado en que a lo mejor no nos reconoce? - preguntó Kyle cuando no faltaba nada para llegar.

-¿Por qué no nos iba a reconocer?

-Ha estado medio año en coma, solo lo digo por si acaso, para que no te pille desprevenida.

-No seas tonto, claro que nos va a reconocer. Ha reconocido a Sonia.

-Porque ella es su novia.

-Y nosotros sus amigos.

-Yo solo te aviso.

Negué con la cabeza y rodé los ojos, Kyle se ponía en lo peor pero yo tenía claro que James estaba muy bien y sabía quienes éramos. A esas horas de la mañana en parking del hospital estaba lleno de coches, así que tuvimos que aparcar bastante lejos de la entrada. Cuando salí del coche un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.

Sobreviviendo a mi playboy © (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora