CAPÍTULO 23

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KAREN

Cuando llegamos a casa me sentía sola y triste, y aunque Sonia estuviera conmigo no era lo mismo sin Kyle. Tan solo deseaba encerrarme en mi habitación y llorar hasta que ya no tuviese más lágrimas. Mi marido se había ido y no lo volvería a ver hasta tres meses después. Y solo pensar eso... el corazón se me encogía y los ojos se me humedecían. No sentamos en el sofá y me dejé caer en él.

-¿Cómo estás? - me preguntó Sonia segundos después.

Me encogí de hombros y cerré los ojos para intentar calmarme. Respiré profundo varias veces y empecé a pensar que tres meses tampoco eran para tanto. Vale, sí, estaba embarazada de tres meses y medio, el embarazo era de riesgo y mi pareja no estaba, obviamente tenía miedo de que pasara algo y Kyle no se enterara... pero ya no podía hacer nada para cambiar la situación. 

-Tranquilízate, estás embarazada, ¿recuerdas? Tienes que calmarte en situaciones como estás. Por ti y por tu bebé.

-Lo sé, Sonia, pero es que... no puedo imaginarme estos tres meses sin Kyle - empecé a sollozar y Sonia me abrazó.

-Sé como te sientes, créeme. Sé lo que es no estar junto a la persona que amas.

Hipé con fuerza y me volví hacia ella. Me limpié de un manotazo las lágrimas que me caían por las mejillas y la miré.

-Lo siento... debería de estar... contigo, a tu lado... en estos momentos tan... duros para ti.

-No, no, tranquila. Te entiendo - nos abrazamos durante unos segundos - quieres... no sé... ¿vamos a dar una vuelta?

Sonreí y asentí con la cabeza. 

-Sí, puede que salir me venga bien. 

-Vale, pues venga, vamos.

Nos levantamos, cogimos todo lo que necesitábamos y salimos. Fuimos hasta el parque y de camino hablábamos de como estaba yo y de como llevaba ella lo de James. Sonia confesó que estaba mejor, que ya no lloraba como antes y que gracias a la ayuda de su suegra, James estaba mejorando, ya no daba tantos problemas y sus constantes eran normales. Sin embargo, todavía no despertaba... eso era lo que la tenía asustada. Pero yo tenía fe y sabía que James volvería a vernos. 

Llegamos al parque y nos sentamos en un banco. Me dolía la espalda, así que me recliné. Estos últimos días con la noticia de que Kyle se iba a Estados Unidos, apenas había pegado ojo y me sentía muy mal por las mañanas y por las noches. No sé lo había dicho para no preocuparlo, porque sabía que él se preocuparía al instante y no me dejaría en paz hasta saber que estaba bien. En unos días me tocaba ir al ginecólogo para ver que todo estaba bien y el sexo del bebé. Esperaba que todo fuera bien y que no hubiera ninguna complicación. 

-¿Tú que te esperas qué es? - me preguntó Sonia.

-No lo sé... a mí realmente me da igual que sea niño o niña, mientras todo esté bien. 

Le sonreí y ella me devolvió el gesto.

-Pues sí, que todo esté bien y que el bebé tenga salud, eso es lo importante.

-Ajá... - dije tocándome la barriga y sonriendo - ah, por cierto, ahora que se me ha venido a la cabeza... ¿Cómo te llevas con tu suegra?

Sonia gruñó y yo me reí.

-No me hagas hablar de eso ahora.

-¿Por qué no?

-Haber... no nos llevamos tan mal como antes pero obviamente no estamos muy unidas. Viene tres veces por semana y estamos en el hospital con James. Mi suegra le cuenta que como está y yo me quedo sentada al lado de mi novio cogiéndole la mano. Hay veces que no obtenemos ningún resultado con James pero hay otras veces que él aprieta los ojos y siento una presión en la mano. 

Sobreviviendo a mi playboy © (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora