CAPÍTULO 29

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NIALL

Todo había sido un desastre, y ahora mismo estaba muy enfadado con mi padre. Era un cabezota y sabía que no iba a dar su brazo a torcer, ni aunque estuviera en juego ver con vida a su nieto. Me frustraba que no intentara luchar, que se rindiera así, sin más y luego me lo dijese en la cara. ¡Y encima se enfadó él cuando le dije que iba a ser padre! No tenía ningún sentido... pero yo no me iba a rendir y mucho menos cuando se trataba de la salud de mi padre. Ya me inventaría cualquier cosa para que recapacitase.

Y ahora que estaba pensando en mi padre había otro tema que me tocaba bastante los cojones. Ya había pasado tiempo desde que a Henri le dijesen que se estaba muriendo y, obviamente, no sé lo contó ni a su mujer ni a su hija, Lucía, así que ya era hora de meterme por medio. Hoy tenía pensado irme a casa de mis suegros y hablar sobre ese tema con Henri. Lucía necesitaba saber que su padre se estaba muriendo tanto como yo también necesité saber que el mío se estaba muriendo. Había sido muy egoísta estar con mi prometida día sí y día también y que ella desconociese lo que su padre estaba sufriendo. La boda se celebraba en tres meses y dudaba de que nuestros padres llegaran a verla. 

Al levantarme por la mañana, encontré a Lucía en el sofá con unas revistas en el regazo enfrascada leyéndolas. Me acerqué y vi que no eran unas simples revistas de cotilleos y esas cosas, sino que eran revistas de bodas y de vestidos de novia. Rodé los ojos y me fui a la cocina a prepararme el desayuno.

-No te vayas que te he visto Niall - me dijo desde el salón.

Me reí pero no le hice caso. Y al cabo de unos segundos apareció en la cocina con las revistas en la mano.

-He estado pensando - dijo sentándose en el taburete enfrente de la isla - que tenemos que volcarnos más en la boda. Nos quedan pocos meses y no tenemos absolutamente nada.

-Dile a tu madre y a mi madre que te ayude con eso, yo estoy muy ocupado. 

-¿Haciendo qué?

"-Intentando convencer a mi padre de que luche por alargar su vida y pueda ver a nuestro hijo y haciendo que el tuyo te diga que se está muriendo."

-Ya sabes... cosas de chicos.

-Pues deja tus cosas de chico a un lado y ayúdame a organizar la boda.

-Yo no sé lo que hay que hacer.

Terminé de prepararme el desayuno y me senté enfrente de Lucía.

-Tenemos que ir a algún sitio bonito y ver si podemos celebrar ahí el banquete. Luego, tu tienes que comprarte el traje y yo el vestido. Aparte de todo eso tenemos que hacer un recuento de cuantos invitados van a ser. Y por si fuera poco aún faltan las despedidas.

-Ah no, no y no. ¿Crees que voy a dejar que un chulo playa se restriegue contra ti? 

-¿Quién te ha dicho que vaya a pasar eso? Por dios Niall no pienses así, sabes que yo solo te quiero a ti por algo me voy a casar contigo, no empieces con tus celos.

-No es que empezamos así, que si yo no quiero a nadie más, que si no voy a contratar a un prostituto para que se despelote enfrente de mí, que si no se que y luego pasa lo que pasa. 

Seguí comiendo de mi desayuno un poco cabreado pero Lucía no paraba de mirarme como si estuviera loco.

-Dices ahora eso y luego tú eres el primero que quiere que una tía se desnude enfrente de él. ¿Crees que soy tan estúpida como para no saber que ese día vas a ir a un puticlub? 

-Yo no he dicho que vaya a ir...

-Entonces yo tampoco he dicho que alguien se vaya a restregar contra mí...

Sobreviviendo a mi playboy © (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora