Diciembre
NIALL
Llevaba varios días intentando contactar con mi padre pero no había manera. Temía que le hubiese pasado algo grave pero estaba seguro que mi madre me llamaría si algo pasaba. Así que por esa parte me quedaba un poco más tranquilo. Es que mi padre era muy cabezota y sabía que no sería tan fácil meterle en la cabeza que se cuidara para, por lo menos, alargar un poco más su vida. Me dolía el hecho de perder a mi padre, y ahora todo era un auténtico caos en mi vida.
Y por si fuera poco, mi novia y mi suegra llevaban una hora taladrándome la cabeza.
-Cariño, ¿te gustan más estas flores o estas otras?
-Me da igual, elige las que tu quieras mi vida.
-La decoración de las mesas ha de hacer juego con el resto del establecimiento, y estoy en duda sobre cual escoger.
-Lo que elijas me gustará.
-Ah y han llamado para que algún día vayamos a elegir los menús del banquete. ¿Qué te parece hoy? Y así nos lo quitamos de encima.
-Vale mi amor.
-Tenemos que ir mirando ya donde haremos la luna de miel. Yo he pensado en ir a Nueva York, nunca he ido y me gustaría verlo.
-Ajá.
-Niall, ¿me estás escuchando?
-Como desees mi vida.
-¡Niall!
-¿Qué?
-Déjalo, veo que no te hace ninguna ilusión que nos casemos - dijo Lucía, dejó todas las revistas de bodas que había estado mirando y se fue a nuestra habitación.
Miré a mi suegra y ella solo se encogió de hombros.
-Pero, ¿qué he dicho?
-Niall cariño, está embarazada tienes que tener más tacto con ella. Anda ve, yo me quedaré mirando las decoraciones de las mesas.
Bufé molesto y me fui tras Lucía. Se encontraba echada en la cama llorando. Me senté a su lado y le pasé una mano por la espalda, para tranquilizarla. En verdad no me gustaba verla así, y últimamente ella estaba muy sensible, tal vez debería de haberla escuchado más pero en las circunstancias en las que estaba, escuchar no era una de mis virtudes.
-Lucía...
-Si no quieres casarte dilo. Pero no pases de todo, dejándome la boda a mí sola.
-Claro que quiero casarme, solo es que llevo unos días muy ajetreados. Entre el trabajo y el bebé, todo me puede.
-¿Y crees que a mí no? Soy yo la que está embarazada, soy yo la que tiene que quedarse en casa sola y organizando la boda, y menos mal que mi madre se ha prestado a ayudarme. ¿Entiendes que yo no puedo con todo sola? Te necesito, Niall.
Suspiré. Todo era un maldito infierno y esperaba que de verdad se arreglase porque si no lo hacía probablemente el siguiente en morir sería yo. Estuve escuchándola y acariciándola mientras ella se relajaba y se desahogaba. Prefería mil veces antes estar yo como el puto culo a que ella sufriese. Se limpió las lágrimas que le habían caído por las mejillas y se inclinó en la cama, me abrazó y nos besamos. Podíamos conseguirlo, yo podía salir de esta si ella estaba conmigo. Volvimos al salón y mi suegra nos dijo que ya se tenía que ir. Nos despedimos de ella y volvimos a sentarnos en el sofá con todas las revistas de boda a nuestro alrededor.
-Está bien, ¿Qué falta por hacer?
-Mi madre me ha ayudado a elegir toda la decoración del banquete, al final me he decantado por esta - dijo y me lo enseñó - ¿te gusta?
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Sobreviviendo a mi playboy © (3)
Teen Fiction~Trilogía ECS~ 1# Empleada de un playboy 2# Conviviendo con mi playboy 3# Sobreviviendo a mi playboy (...) La vida de nuestros personajes favoritos sigue siendo un caos y más cuando ambos descubren que van a ser padres...