KYLE
Me encontraba preparándole el almuerzo a mi hijo para el colegio cuando Álex bajó por las escaleras medio dormido y con el pelo alborotado. Vino a la cocina, se sentó en una silla y se dejó caer en la mesa. Otra vez este niño se había pasado la mayor parte de la noche leyendo. Estaba tan obsesionado con la lectura que lo único que me pedía de regalo por navidades o por sus cumpleaños eran libros, libros y más libros. Por una parte me gustaba que leyera pero me daba la impresión de que últimamente dejaba de lado a sus amigos y solo se centraba en quedarse en casa, estudiar y sacar buenas notas en el colegio, y eso que solo tenía cinco años.
Le terminé de preparar el desayuno y se lo puse en la mesa. Al instante, Álex levantó la cabeza y contento y muy despierto se empezó a zampar las tostadas y a beberse el zumo. Le puse el almuerzo en la mochila y la cerré. Recogí la cocina un poco y miré el reloj. Solo nos quedaban veinte minutos para desayunar, vestirnos e irnos a la escuela. Cada día el renacuajo se levantaba más tarde y no sabía como al final llegábamos a tiempo siempre. Si hubiese estado Karen aquí ya lo tendría duchado, vestido y a punto para salir. Sonreí al pensar en ella y mi corazón dio un vuelco.
-Álex - le dije a mi hijo sentándome a su lado y dejando mis tostadas en la mesa - llevas meses sin invitar a ninguno de tus amigos a casa, ¿todo bien en el colegio?
Mi hijo asintió con la cabeza y siguió desayunando como si nada. Empecé a desayunar mientras no paraba de preocuparme el hecho de que Álex se estuviera encerrando en sí mismo. Cuando mi pequeño empezó a caminar y a decir sus primeras palabras, no era el típico niño que solo quería ir con su padre, no, él era muy abierto a la hora de conocer a la gente. El primer día de colegio la profesora se quedó muy sorprendida de lo sociable que era Álex y en pocos días ya se había hecho amigo de todos los de su clase. Pero ahora... ahora empezaba a preocuparme y posiblemente yo tenía la culpa de eso.
Un mes después de su quinto cumpleaños le llevé por primera vez al cementerio para que conociese la tumba de su madre. No lo había llevado antes porque era muy pequeño y no quería asustarle. Estuvimos hablando de su madre y le dije que si quería decirle algo a ella podía hacerlo. Pero Álex no quiso decir nada y pidió que nos fuéramos a mi casa. Desde ahí tuve la sospecha de que algo le pasaba. Y durante los siguientes meses dejó de pedirme ir al parque todos los días para ver a sus amigos, y me rogó que le comprase libros para leer. Al principio, no lo vi mal y supuse que el afán por la lectura se lo había inculcado su profesora. Sin embargo, a medida que pasaban los días, las semanas y los meses, me daba cuenta de que mi hijo se había hecho una burbuja a su alrededor, impidiendo que nadie entrase. Ni siquiera yo.
Ya no hablábamos como antes. Se enfadaba por cualquier cosa e incluso peleaba con sus primos West y Olivia. Con el único que parecía tener más relación fue con su tío Cody, y algo me decía que era porque él le contaba cosas de su madre. Temía de que la hubiese cagado llevándolo al cementerio, pero mi madre solo me dijo que era cuestión de tiempo para que asimilase lo que vio allí. Él nunca conoció a Karen, nunca la echó de menos porque nunca estuvo con ella, así que en cierto modo debería de haber sido un poco más fácil. Suponía que todo se curaría con el tiempo y que dentro de unos años, cuando Álex ya fuese más mayor, se le pasaría todo esto.
Terminamos de desayunar y le pedí a Álex que fuese a su habitación a cambiarse para ir al colegio. De mientras yo fregaba los platos y lo dejaba todo listo para cuando se levantase mi madre de la cama. Había estado unos días un poco mala pero ya estaba mejor, aun así no la levantaba y tampoco le exigía que me ayudara con la casa y con el niño. Tenía unos días libres así que podía ocuparme yo.
-Venga Álex, date prisa y llegarás tarde al colegio - le grité desde el salón después de casi diez minutos.
Si no bajaba ya no llegaríamos a tiempo y ya podía notar las miradas de algunas madres sobre mi espalda, como diciendo que un padre soltero no iba a poder cuidar de un niño. Aunque a mí me daba lo mismo lo que pensasen unas amargadas.
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Sobreviviendo a mi playboy © (3)
Teen Fiction~Trilogía ECS~ 1# Empleada de un playboy 2# Conviviendo con mi playboy 3# Sobreviviendo a mi playboy (...) La vida de nuestros personajes favoritos sigue siendo un caos y más cuando ambos descubren que van a ser padres...